La situación actual de la competición está dando un guión con poca sorpresa final en la zona baja de tercera división. Y es que ya con el Collerense y el Esporles con un margen que podría parecer suficiente a falta de tan solo nueve puntos por disputarse, las tres plazas de descenso se verán repartidas con casi total seguridad entre los cuatro últimos clasificados.

Y ahí es cuando entra el tema complicado de la temporada. Con la posibilidad del descenso del Mallorca a Segunda División B en el horizonte, haría que la gran temporada del filial bermellón en la categoría de bronce se viese truncada con un descenso a Tercera División. Esto conllevaría un descenso administrativo por arrastre de no poder jugar en la misma liga, y no por la vía deportiva. Entonces, si no ascendiese ningún conjunto balear a Segunda B, ¿qué sería lo que pasaría?

Muchas son las especulaciones. En otro lugares, como podría ser en Cataluña, este descenso, sin compensación de ningún ascenso, conllevaría un cuarto descenso en la categoría. Eso dejaría la zona baja ya prácticamente sentenciada quedando poco para el final de temporada. Pero no es para nada la única opción. El superpoblar el grupo con 21 conjuntos, como tiene el grupo valenciano por ejemplo, sería otra de las opciones.

Lo que está claro es que ni la propia Federación Balear de Futbol sabe lo que sucederá en ese supuesto. Existe también la posibilidad de que la plaza vacante el Mallorca B la ocupe uno de los equipos que no logre ascender a Segunda División B, pero sin saber si sería para el campeón balear, o para otra de las comunidades que ocupan el grupo tercero de Segunda División B.

Lo único claro a día de hoy es que no se sabe nada. Nuestro redactor Álex Pomar ha podido hablar con la RFEF sobre este tema. Le han remarcado que nadie puede asegurar nada con certeza, porque desde la misma casa del futbol no se sabe nada, y que hasta que la Liga 123 no dé por concluida, no tienen previsto reunirse para decidir.