El Mallorca sí está muerto

Faltan nueve partidos y el Mallorca tiene cada vez más complicado salvarse. Hoy era un partido clave. Era un rival directo. Se estrenaba entrenador. La afición se había volcado. Había que ganar sí o sí. Era el momento idóneo para dar un puñetazo sobre la mesa. Sin embargo, la historia no acabó bien.

El punto cosechado ante el Nástic de Tarragona tiene cosas buenas y malas. Pero seamos claros, tiene más de malas. Éste era un partido para ganar, para engancharte a la lucha por la permanencia, para dar ánimos a la afición, no para todo lo contrario. Y es que el partido ha terminado con pitos y abucheos contra los jugadores y presidente. Es más, multitud de aficionados se han quedado en los aldeaños del estadio esperandoles. La tarde en Son Moix ha terminado muy calentita.

A falta de 9 partidos el Mallorca puede terminar la jornada a 7 puntos de la permanencia

Primer partido de Sergi Barjuan. Un Barjuan que no ha arriesgado, digamos, mucho en su primer once. Más bien ha pecado de eso. Brandon repetía de nueve, como Moutinho en la banda. Lago esperaba oportunidad en el banquillo. Domínguez, Sasa y Campabadal volvían. Pequeños cambios que no produjeron un efecto terremoto, ya que el Mallorca no cambió su forma de juego. No se notó ni un cambio de mentalidad, ni garra, ni coherencia en los jugadores.

Durante la primera parte el Mallorca tuvo dos caras. Empezó mal. El Nástic dominaba el balón sin crear peligro a Santamaría. El conjunto visitiante tuvo dos imprevistos en esta primera parte, ya que Madinda y Barreiro se lesionaron y Merino, entrenador del conjunto catalán, tuvo que utilizar dos cambios.

Aún así, el Mallorca lo intentaba, sobre todo por las bandas con Angeliño como protagonista. Durante compases el partido era muy monótomo, con mucho juego en el centro del campo. El conjunto local basaba sus ataques en las contras, unas contras contadas a cuentagotas y que no llegaban a materializarse. Al final de esta parte, Emaná pudo poner el 0-1 en el marcador tras una jugada muy común del Mallorca de esta temporada: Ansotegi se resvalaba y dejaba sólo al delantero rival ante Santamaría, un Santamaría que volvería a salvar a su equipo.

El partido ha terminado con abucheos de la afición a jugadores y directiva. Tras ello, muchos mallorquinistas han esperado a los jugadores salir con el coche para mostrar su claro enfado con la situación actual

La segunda parte fue distinta. El Mallorca dio un paso adelante y se puso manos a la obra. Empezó a dominar el juego y las ocasiones llegaban poco a poco. Rozando la hora de partido llegó el primer disparo entre los tres palos del conjunto bermellón. Una ocasión clarísima de Raíllo, que remataba un córner, pero que Emaná, bajo palos, salvaría in extremis.

El Mallorca se lo creía y la afición, impaciente por un gol, quería más. En el transcurso de la segunda parte, como se ha dicho, el balón fue del Mallorca. Aunque el Nástic, poco a poco, creaba peligro en las contras. Brandon, frustrado, lo intentaba. Como lo hacían Lago y Salomao por las bandas, sin éxito alguno.

El Mallorca viaja la semana que viene a Zaragoza para jugar en La Romareda, otro partido clave ante un rival directo

Santamaría salvó el punto. Ya en los últimos minutos de partido, las ocasiones más claras llegarían. El Nástic tuvo dos, pero Santamaría se hizo grande y salvó a su equipo. En la otra área, Yuste remataba un falta lateral y el balón iría al larguero. El punto, por lo tanto, parece justo. Aunque no le sirve a nadie, ya que ambos siguen luchando por no descender. Al que no le sirve para nada es al Mallorca, que necesita un tremendo milagro para no descender.