El RCD Mallorca encadena, de nuevo, dos partidos seguidos fuera de Son Moix. Tras el buen sabor de boca que dejó el equipo en Getafe, el conjunto de Javier Olaizola visitará este domingo el campo del Reus. Dicho partido vuelve a ser una final para el equipo balear y sus aspiraciones. Además, conseguir dos buenos resultados seguidos lejos de la isla sería una noticia llena de optimismo.

Olaizola ha hablado ante la prensa este viernes, como es costumbre antes del partido del fin de semana. El vasco da una importancia extrema a este partido, que lo califica como otra final más: «es un partido para reivindicarse y dar un puñetazo encima de la mesa. El otro día se vio una gran mejora en el equipo, ahora toca ganar fuera de casa«. Empezar la segunda vuelta con una gran resultado sería muy importante para el futuro del propio entrenador y del equipo en si.

Olaizola sobre su próximo rival, el Reus: «No tienen mucho dinero pero están haciendo las cosas muy bien. Tienen un entrenador con las ideas muy claras y un grupo bien trabajado»

El partido, sin embargo, no será nada fácil. El Reus está siendo una de las revelaciones de la temporada en la Liga 123 y, a ello, hay que sumarle la gran cantidad de jugadores bermellones que no van a poder viajar ya sea por lesión o sanción: «el Reus es un equipo a seguir. Es un recién ascendido que está arriba gracias al duro trabajo e ilusión«.»No tienen mucho dinero pero están haciendo las cosas muy bien. Tienen un entrenador con las ideas muy claras y un grupo bien trabajado», añade sobre su próximo rival.

Respecto a las bajas, Olaizola indica que Juan Domínguez será duda hasta último momento: «si está en buenas condiciones viajará con nosotros. Aunque sé que los que salgan lo harán tan bien como los que juegan habitualmente». El vasco, además, ha admitido que existe la posibilidad que Sasa Zdjelar, última incorporación bermellona, tenga minutos.

Ante tantas bajas, Olaizola confía en los no habituales: «sé que los que salgan lo harán tan bien como los que juegan habitualmente»

El Mallorca empieza la segunda vuelta con el objetivo de salvarse, una situación un tanto crítica: «nunca he dejado de creer en este equipo. Tengo confianza en ellos y en el método de trabajo». Para lograr dicho objetivo, Olaizola admite que el equipo tiene que ser igual de competitivo tanto en casa como fuera: «mi obsesión es ganar, creo en los equipos que funcionan como un bloque y que son fuertes defensivamente».