Dicen que la experiencia es un grado. Sin embargo, el Sevilla Atlético es la excepción que confirma la regla. Carente de veteranía, su plantilla está compuesta por futbolistas jóvenes, con tremenda calidad y con un inmenso desparpajo que les está permitiendo ganarse día a día los elogios de los aficionados al fútbol.
Comandados por Diego Martínez, el «míster del ascenso», el filial de Nervión está ganándose el respeto de todos los rivales de la categoría tanto por su efímera adaptación a la misma como por su espectacular manera de encarar los partidos. El conjunto hispalense ha demostrado que, tras sobreponerse a los primeros partidos en los que pecó de novato dejándose remontar resultados muy favorables, es un equipo con una calidad brutal, con jugadores técnicamente muy buenos, con descaro, desparpajo y ambición para dar un rendimiento que era inesperado a estas alturas.
Como he comentado en artículos anteriores, la Segunda División es una categoría de difícil adaptación, ya que el salto cualitativo entre categorías es grande pero Diego Martínez ha sabido conducir al equipo hasta conseguir que sea el mejor equipo de las últimas nuevas jornadas. Una de las claves principales del éxito actual ha sido la contundencia y la solidez defensiva y esto se demuestra en que el conjunto sevillista es uno de los equipos menos goleados de la categoría, con tan sólo quince goles en contra y hasta cinco porterías a cero. Gran parte de culpa la tienen, entre otros, Caro, portero hispalense cuyo rendimiento está por encima del esperado, y los jefes de la zaga, Diego González y Bernardo, que están dando tal equilibrio defensivo al equipo que le está permitiendo competir ante cualquier rival. De hecho, en lo que va de temporada el filial hispalense ha sido capaz de superar a rivales como el Córdoba (a domicilio), Almería, Elche o Mirandés manteniendo la portería a cero. Si a esto le sumamos la fortaleza del equipo como local, donde no conoce aún la derrota, hace que el conjunto tenga clara identidad de equipo de Segunda División.
Además, ofensivamente el equipo se gusta, práctica un fútbol vistoso, cuenta con jugadores de enorme proyección y cuyos nombres ya salen a la palestra como revelaciones de la temporada. Jugadores como Ivi o Borja Lasso, apunten bien sus nombres, están siendo pilares fundamentales en el juego ofensivo hispalense, acompañados de la perla de la cantera, Pozo, que es la sensación de Nervión y al que algunos ya comparan, salvando las distancias, con Jesús Navas.
Estos son los ingredientes de un equipo cuya base viene de Segunda División B, ascendiendo sin ser demasiado superiores, de hecho quedaron terceros. Curiosamente, ésta es la misma posición que ocupan en estos momentos con los mismos puntos que el Girona (ambos con 27) y se encuentran cada vez más cerca de los cerca de 50 puntos que garantizan la salvación. Mientras, esta noche, si ganan en Getafe, pueden dormir en los «prohibitivos» puestos de ascenso. Sin duda, pase lo que pase, lo que sí harán será seguir soñando día a día por conseguir que se hable de sus logros y por lograr que el próximo año esos mismos jugadores formen parte de plantillas de la máxima categoría, a ser posible de la propia plantilla del Sevilla F.C.