
UD Almería | 2 | 1 | RCD Mallorca |
UD Almería: Casto;Ximo, Trujillo, Morcillo, Nano; José Ángel (Iván Sánchez, 84′), Diamanka, Puertas, Pozo (Corono, 76′); Fidel y Quique González (Juanjo, 88′). | RCD Mallorca: Cabrero; Company, Yuste, Raíllo, Oriol; Domínguez (Óscar Díaz, 67′), Culio, Lago Junior (Salomao, 74′), Pol Roigé (Lekic, 55′); Dalmau y Brandon. | ||
Goles: 1-0: Puertas (20′), 2-0: Fidel (52′), 2-1: Lekic (85′) | |||
Asistencia: 6.784 espectadores |
Si se hubiera suprimido en el tiempo y espacio la semana, pocos dudarían que hoy no se sentaba una jornada más Fernando Vázquez. El rodaje del conjunto mallorquín empezó de igual desde que alzaron las persianas de la temporada. Un buen ritmo y actividad inicial que hacían presagiar un encuentro por delante con talla grande de expectativas. Todo sucedía con la ya receta tradicional de la semana: un empuje aventajado de principio, Brandon corría por todos y las ocasiones claras se hacían de rogar. Pero pronto la llama acabaría atenuándose y el calentón de un todo del principio nunca llegaría en el restante de partido.

Adrià Dalmau y Pol Roigé eran las novedades de la carta de presentación de Javier Olaizola en su debut como técnico. En un once inicial con el trivote «Juanes» ya guardado en el cajón y con la sensación de un puzzle bermellón donde los jugadores verdaderamente importantes y determinantes se perdían solos entre el verde. El desajuste de un Culio más retrasado de lo normal y Dalmau escudado por Brandon en la solitud defensiva almeriense, llegaban entonces los punzantes ataques de los de Fernnando Soriano. Porque, y en detrimento del Mallorca, el Almería vivía en el área de tres cuartos de campo donde producían todo el material futbolístico. Fidel, Pozo y Puertas transitaban con un Domínguez achicando agua y con Culio con verdaderos problemas justificados para bajar el culo cada dos por tres. Entonces, Fidel se encargó de dar la primera galleta a los bermellones en una falta sin peligro aparente, sacó rápido, echó el volante por el centro y desplegó un disparo en la orilla del área imposible para el capitán Jesús Cabrero.
Los de Olaizola quisieron replicar pero el larguero de Casto repelió el disparo de Lago Junior en una combinación previa con Brandon. Seguían las líneas bermellones a años luz entre ellas y causa de esto el efecto venía en decisiones al límite. Después de que Nano en la primera parte picara y picara por todo su costado izquierdo, en la reanudación una mano de Company fuera de sitio -anteriormente Yuste pudo cometer manos también- se penalizó con la pena máxima que realizó perfectamente a puerta Puertas. Eran minutos para el nuevo cuerpo técnico de tocar algo. Y lo movieron y removieron todo. Entró ya precozmente Dejan Lekic por un Pol Roigé una vez más impotente. No pasaron ni diez minutos y Juan Domínguez, que había jugado todo en competición, se despedía en detrimento de Óscar Díaz y empezó la anarquía y el agujero en el mediocampo con Culio sin dar a basto y una sobreexplotación delantera. Porque se buscaba el tanto.
Llegó. El segundo gol de Lekic, ya con la salida invisible de Salomao por Lago Junior, en competición liguera apareció en un córner y una gran peinada de Héctor Yuste para que el serbio la empujara en el área pequeña. Quedaban varillas de luz para un posible empate pero el tiempo golpeaba a los de Olaizola. El Almería, ya anteriormente, reposaba más recogido el resultado que le aseguraran salir del descenso y certificar su cuarta victoria consecutiva en casa. Se pitó la consecución de los 94 minutos y la presentación del vasco quedó sin puntos en un reflejo de la situación negativa del equipo, en el que se aprecia una dinámica rampante donde el Mallorca podría dormir en descenso. Hay trabajo.