Mantiene el Real Madrid el liderato después de golear a su eterno rival y ver cómo el Barcelona se estrellaba ante un Málaga que supo sufrir y que terminó con nueve. LaLiga ya ve cómo el Atlético se aleja. Mientras, por abajo continúa la pelea aunque ninguno mejora de forma considerable.
Fue un auténtico partidazo, sobre todo hasta que llegó el penalti -cuya consecución significó el segundo gol- y la sentencia del Madrid. La primera mitad resultó una de las mejores de los últimos tiempos, con dos conjuntos lanzados a por el gol, con frescura y muchas ganas. El Madrid volvió a demostrar -Zidane debería tenerlo claro- que con cuatro centrocampistas defiende y ataca mucho mejor. Con un centro del campo inédito (Isco, Lucas, Kovacic y Modric) los blancos se impusieron durante muchos minutos y crearon fútbol y ocasiones para marcar, dejando al Atlético sin argumentos. El gol podía llegar en cualquier momento y fue de la forma más inesperada, de rebote tras un lanzamiento de falta de Cristiano. Despertó el conjunto de Simeone, pero no fue capaz de marcar en ninguno de sus acercamientos a la meta de Navas. La segunda mitad varió por completo, con un Atlético más enchufado, presionante, que era capaz de creer en la remontada. Tuvo sus opciones y veinte minutos espectaculares, sobre todo por medio de Carrasco, pero fue incapaz de empatar y para colmo de un rechace largo llegó el balón al área, donde Cristiano y Savic pelearon cayendo el portugués. Penalti claro y ‘tonto’ que supuso el segundo y el estoque para los colchoneros, que ya fueron incapaces de levantarse. Más tarde Cristiano marcó el tercero a puerta vacía tras una cabalgada de Bale. Resultado justo, quizá un poco amplio. Jugó mejor el Madrid y mereció la victoria y mantener el liderato. Cristiano vio puerta como en sus mejores días, nuevo hattrick, pero no hizo un gran partido. Tocó pocos balones y entró poco en juego. Ahora, se alió con la fortuna en el primero y luego demostró que es un goleador nato. El partido en general de los blancos fue espectacular, con Nacho y Varane enormes en defensa, Isco y Kovacic imperiales en el centro del campo y Bale arriba trabajando a destajo y apoyando siempre a sus compañeros. El Atlético tiene más gol -ayer no lo demostró- pero su defensa sufre más este año y pierde muchos encuentros, lo que le manda a la sexta posición de la tabla, superado por varios rivales que serán peligrosos. Debe volver a sus orígenes para mantener su posición porque los demás ya se le han echado encima.
Mientras, el Barcelona volvió a hacer aguas. Tiró a la basura 75 minutos y sólo cuando el Málaga se quedó con diez apretó de verdad el acelerador, con Piqué como delantero centro. Las bajas de Messi -a última hora-, Iniesta o Suárez (sancionado) no sirven de excusa. Una plantilla como la blaugrana debe tener recursos para sentenciar a cualquier conjunto de la zona media que visite el coliseo catalán, como el Málaga. En la primera mitad sólo disparó dos veces a puerta con dos buenas intervenciones de Kameni. En la segunda parte pudo adelantarse el conjunto andaluz, pero Juankar se escoró demasiado y golpeó con su pierna mala lanzando fuera a puerta vacía. Con diez en el campo el Málaga no tuvo más remedio que recular y despejar balones. Pero también hay que decir que contaba con seis bajas por lesión, otra por sanción (Camacho) y terminó con nueve. Jugaron dos hombres del filial desde el inicio y luego saltaron al césped otros dos, uno como Luis Muñoz que además debutaba con 19 años. Bastante hizo con aguantar, con un Kameni estelar como casi siempre que visita el Camp Nou. Fue el último portero imbatido en febrero de 2015 y el sábado, casi dos años después, repitió la gesta. No obstante, queda claro que el Barcelona pinchó por su escaso acierto y porque apenas generó ocasiones -y menos fútbol a no ser las escaramuzas de Neymar- a pesar de la calidad de sus jugadores. No me valen las excusas de las ausencias en una plantilla y en un club que maneja más de 600 millones de euros de presupuesto. Dos puntos que vuelan y LaLiga más lejos. Messi no puede ser siempre el faro que ilumine al equipo. Si eso es así, si no hay cambios o planes alternativos de los culés y de Luis Enrique, el futuro se atisba es muy negro.
Por su parte, el Sevilla volvió a ganar cuando el reloj marcaba la hora después de ir perdiendo por dos goles. Quizá al Deportivo no le señalaron un penalti a favor -los arbitrajes a los gallegos ya claman al cielo- pero al final volaron los puntos y los de Sampaoli continúan en la pelea. También la Real Sociedad está demostrando hallarse en un magnífico momento: cinco victorias en seis encuentros lo dicen todo. Ayer destrozó al Sporting a domicilio realizando una segunda mitad espectacular en la que incluso pudo marcar varios goles más. Ya se ha colocado en la quinta posición mientras los asturianos se mantienen en puestos de descenso con muchos problemas. No quiere alejarse el Athlétic de la zona alta y también derrotó al Villarreal, actual cuarto, gracias a un solitario gol de Raúl García. Lo dicho, máxima igualdad del cuarto al séptimo.
Victorias también del Éibar ante un Celta que mereció el empate al final pero que no lo consiguió y terminó de los nervios con el trencilla de turno (otro equipo más); como el Betis, que en el debut de Víctor como técnico ganó de forma justa a un Las Palmas inoperante. En un choque igualado el Espanyol, pese a fallar un penalti, derrotó al Alavés a domicilio y respira un poco más metiendo en problemas a los vitorianos. Tampoco carbura el Valencia de Prandelli, que sólo pudo empatar ante un Granada necesitado que va como las hormigas, punto a punto, pero que si no gana nunca podrá alcanzar la salvación.
Esta noche finaliza otra apasionante y extensa jornada con un encuentro que echará chispas porque hay en juego mucho más que tres puntos: Leganés-Osasuna. Caparrós se sentará en el banquillo navarro como nuevo inquilino con una dura papeleta por desempeñar. Nos vamos acercando al ecuador de la competición.