Vázquez tiene el don de salvar los muebles. Cuando todo hace pensar que puede tener los días contados en el banquillo bermellón llega la victoria para apaciguar a todos los estamentos del club centenario.
Ya ocurrió en Lugo, goleada tras la cual el de Castrofeito quedaba en una posición muy delicada. Se le exigía un golpe de efecto que le permitiera al Mallorca apuntar más alto y así sucedía tan sólo siete días después. Los bermellones goleaban por tres goles a cero a un pobre Huesca y Vázquez esquivaba la bala.
La misma situación desesperada se producía antes de iniciar el partido en Son Moix. Gracias la magistral actuación de Cabrero parando un penalti y a Lago Junior materializando otro a favor la victoria caía del lado mallorquinista para alivio local.
La credibilidad del míster vuelve a ser salvada in extremis. El Mallorca se sitúa en decimocuarta posición a la misma distancia del descenso que de los puestos de ascenso. Con una victoria ante el Nástic los bermellones podrían rondar las posiciones que dan el derecho de disputar el Playoff de ascenso.
Probablemente, gran parte de culpa en que Vázquez siga al frente del conjunto insular es la enorme igualdad entre todos los equipos exceptuando al Levante, pero lo que es indudable es que Fernando tiene el don de la salvación.
En la isla el mar vuelve a calmarse, aunque se desconoce hasta cuándo. La afición no piensa dar tregua y es que ya son muchos años de desencantos. De ganar el equipo puede estar más cerca que nunca del ascenso. De perder las miradas volverán a posarse en el técnico.