El Mallorca suma

Se firmó un empate con antelación pero de sabios es coger lo seguro y no apostar alocadamente a lo osado. Y el míster gallego lleva en la mochila carpetas de encuentros vividos calcados como el de esta noche en el Heliodoro Rodríguez López. Un empate que, visto el ritmo superior de los locales, se saborea provechosamente. Igualmente, la guinda la pudo poner el canterano Brandon Thomas que tras un error de la defensa recogió el balón y enfiló la portería chicharrera en solitario. Su cabeza decidió bien pero sus piernas y su cuerpo en general iban a otra marcha. El de Cala d’Or regateó al meta Hernández pero la dimensión de la filigrana fue por dos y se fue el balón por línea de fondo. Fue la ocasión que regaló el Tenerife.

Todo empezó con los sistemas idénticos que a la postre acabó siendo un puzle a la inversa recolocando y moviendo piezas. Fue, si cabe, para maestro y pupilo -Vázquez y Martí- el juego del tocado y hundido. Ya vio en el inicio el técnico gallego el sufrimiento de los suyos al no tener el balón. Un conjunto acostumbrado a atesorar el esférico, a construir el juego en base a la posesión se percató que la noche sería larga y la adaptación ardua. El Tenerife con su triángulo con Crosas como chico de los recados para todo y Vitolo y Aitor Sanz de interiores montaban el ritmo del partido. Sin olvidar a la pareja del carril izquierdo formada por Camille y el jugador en propiedad del Atlético de Madrid, Amath.

Entonces, el Mallorca miraba el balón de un lado a otro percatándose del  empequeñecimiento que sufría y dejaban a Brandon en solitario peleándose en barrio de vecino. Por tanto, los huecos llegaban tanto del centro como de las bandas porque sino era la arrancada de Vitolo para conectar con Lozano, era Camille y Amath con Campabadal. Sin embargo y sin la existencia de juego en línea de tres cuartos, el Mallorca se iba adaptando a vivir a expensas del rival. Tanto es así que el primer disparo –sin complicaciones para Dani Hernández- vino en el minuto 22 de juego en un chut del catalán Campabadal.

Cambio Forzado

Casi un páramo la zona de medios del campo del Tenerife para el Mallorca, llegaron más complicaciones ya en la segunda mitad. Juan Rodríguez se echaba al suelo y no podía continuar más por problemas musculares. Fue cuando, y antes de tiempo, Fernando Vázquez tenía que remover el banquillo y dar entrada a Damià. En ese momento, el Mallorca se ancló aun más en su campo, ya que interior puro se quedó Culio y el canterano y Domínguez formaron el doble pivote. Por lo tanto, Martí no se lo pensó ni un segundo metiendo minutos después más despliegue ofensivo con la entrada de Aarón por Marc Crosas.

Y si no era suficiente la baja de Juan Rodríguez, quince minutos más tarde era Raíllo quien se tiraba en el suelo por problemas musculares. En ese mismo instante de partido, sucedió una de las ocasiones más claras para el Tenerife cuando Jouini remató entre rojillos en el área pequeña pero Yuste de segundo portero despejó con la pierna el cabezazo. No obstante, el andaluz seguiría forzando hasta el pitido final y viendo el panorama en ese momento el míster de Castrofeito, no dudó en echarle el candado al partido. Se fue Lago Junior –con más oscuros que claros- y empotró defensa de cinco añadiendo a Ansotegui y por delante una línea de cuatro con Culio, agotado en el último tramo de encuentro, descolgado.

Los bermellones formaron un bloque de dos líneas casi infranqueables para los chicharreros que con la entrada del delantero Omar Perdomo y la salida del lateral diestro Cámara, Martí quería de todas las maneras los tres puntos en Santa Cruz. Pues el desenlace, por estupor de todos, estaría en las botas del jugador bermellón que más se vació, Brandon Thomas, que tuvo el mano a mano y que desaprovechó totalmente extenuado. Un punto aprobado.