El balón no entró

Abundancia en ocasiones pero carente de remate goleador es el diagnóstico actual de los de Fernando Vázquez que se marcharon de Vallecas sin nada. Pusieron los córners, 12 a 1, los tiros y la posesión colocada en la primera posición pero el resultado final quedó vacío. Las sensaciones post partido fueron del inconformismo de unos jugadores que hasta el final del partido intentaron buscar la igualada residiendo gran parte del descuento en el área del rival donde los balones lanzados no paraban de rebotar en el fondo norte sin grada.

Faltó descuento y el resultado llevó finalmente la firma de un Roberto Trashorras que peloteó en su jardín. El capitán fue el conector que nutrió los balones a Javi Guerra, Alex Moreno y compañía. Fue este último el que puso la guinda del único gol en la segunda mitad en una jugada donde el capitán del Rayo amagó a Yuste dejándolo inconsciente de movimientos, filtró el balón en el centro de la defensa y el exmallorquinista la metió para dentro. Agua helada para los de Fernando Vázquez aunque se descongelaron rápidamente viendo el deber absoluto de coser la brecha del tanto. Porque el Mallorca construyó una primera parte con el mismo paladar de los anteriores encuentros. Balón y control en posesión bermellona y una presión alta que en cierta frecuencia hurtó  el esférico en posiciones comprometidas, como pasó en el ecuador del primer tiempo donde el portero rival, Toño, erró de gravedad un pase hacia su central Amaya y allí estuvo Juan Rodríguez ágil en el robo pero la precipitación le llenó por todo el cuerpo.

El ritmo lo ponía el Mallorca y las ocasiones del Rayo pasaban para que las facturase siempre Trashorras. Incluso sin un Culio inspirado, fue cambiado por Brandon justo al reanudar la segunda mitad, llegaban balones a Lago y Moutinho pero faltaba un acierto de base.

Cambio de Sistema

Con los últimos cuarenta y cinco minutos en juego, Fernando Vázquez presenció una mejora sustancial de los rayistas. El ritmo de los locales creció y eso afectó al conjunto mallorquín que padecía interferencias entre los medios y los hombres de ataque. Por tanto, salió Brandon para poner producción en la línea de tres cuarto de campo y buscar las internadas conjuntamente con Díaz, Lago y Mou. Igualmente, el aspecto primordial no llegaba y el tiempo jugaba en contra. Para buscar gol Vázquez removió todo y más. Dalmau entró en ataque y Pol Roigé también se incorporó en el verde para proporcionar si cabía una marcha más arriba.

Pero el merecimiento no premiaba y lo comprobó Lago Junior en una ocasión manifiesta de gol frente a frente a Toño en el área pequeña. La impaciencia se palpaba dentro y fuera del campo viendo el serial de ocasiones desaprovechadas. Y el problema reside en el desacierto de los últimos metros. Sin Lekic, lesionado, y con Dalmau y Óscar Díaz entrados ya en la enfermedad de ansiedad del delantero, resolverlo puede ser tarea ardua. Ni Vallecas, estadio tatuado para el Real Mallorca, igualó justamente la balanza. Faltó Carlitos.