Choque bipolar

Si  a día de hoy existe un escenario para volver con las manos vacías es el Anxo Carro. Los de Fernando Vázquez se han topado en el momento de más declive de la temporada con la más fea. Encima, el técnico gallego no podrá contar con dos fijos en todos los esquemas hasta ahora por problemas musculares: el meta titular Roberto Santamaría y el volante malagueño Juan Rodríguez. Unas ausencias que, para más inri, se suman a las dudas y probaturas que ha llevado a cabo Vázquez durante toda la semana. Porque está claro que la referencia arriba a estas alturas de competición es nula pero el punto de incertidumbre que llena los cuerpos de toda la plantilla y staff técnico es tan alto que la propia defensa –la menos goleada de la categoría- también se ha visto removida esta semana, ya que el pasado domingo fue una casualidad que Imaz, delantero del UCAM, no introdujera en la red dos ocasiones en boca de gol. Por tanto, se ha divisado en los entrenamientos la presencia de tres centrales -Yuste, Raíllo y Pleguezuelo- y dos carrileros donde el foco reside en Joan Oriol, ya que el de Castrofeito le ha sustituido en más de una ocasión esta semana por Biel Company y la posible ausencia en el once inicial de mañana del catalán va creciendo con el paso del tiempo.

“Ganar al Lugo es una obligación”, sostiene el míster bermellón. Cierto es que con el progreso de las jornadas el Real Mallorca no refleja ninguna mejoría, es más el conjunto mallorquín está en horas bajas y no puntuar en tierras gallegas desencadenaría aun más el nerviosismo en la plantilla. Aunque si se mira la hemeroteca y se pone la lupa, el Real Mallorca nunca ha ganado en Lugo. Solo un empate cosechado en la temporada 1992/1993 (1-1) es el resultado más positivo, ya que en los últimos tres partidos en Galícia con el Mallorca en Segunda División se han perdido cada uno de estos. Sin embargo, Fernando Vázquez siempre ha ganado todos los duelos con el míster ahora en Lugo, Luis César Sampedro.

UN DESATADO LUGO

Es uno de los equipos en más forma de la competición. Está de dulce y eso lo acreditan sus 13 dianas colocándose, junto al Girona de Pablo Machín, como máximo artillero de la categoría de plata. Además, en la punta de ataque del equipo gallego reside Joselu, un hombre que se enfundó la camiseta bermellona hasta el pasado mercado de invierno y donde tuvo que coger sus bártulos –tan solo dos tantos con el Mallorca- y salir por la puerta trasera al no contar en los planes del míster en ese momento, Albert “Chapi” Ferrer. El onubense está en uno de los mejores momentos de su carrera -desbancado al punta titular la temporada pasada Pablo Caballero- y sus cinco dianas jugando todos los partidos posibles de titular le otorgan el pichichi juntamente con Manu Lanzarote y Alfredo Ortuño. Por tanto, una de las máximas será desestabilizar al dieciocho del Lugo, ya que será un partido donde  no tiene ninguna cuenta pendiente pero sí tienes un plus de motivación”

Por otro lado, los gallegos no solo viven del punta de Cartaya. Ser tercero con trece puntos atisba un grupo compacto –solo Adrià Carmona es baja- que destaca por el juego asociativo y combinativo. En la línea de cuatro destaca por su buen comienzo el lateral diestro Jordi Calavera, en el que los dos hombres del conjunto mallorquín recostados a esa banda tendrán trabajo para frenar las embestidas al ataque del lateral diestro local. Sin olvidar la pareja casi imperfecta en el mediocentro –Carlos Pita y Fernando Seoane– con una personalidad y una solidez amplia. Además en la punta de ataque, dejando de lado al citado Joselu, su otra baza con desequilibrio suficiente para poner en problemas tanto a Yuste como a Raíllo se encuentra Iriome, que juntamente con su velocidad destaca por su juego áreo avalado en más de un encuentro.

En definitiva, el Real Mallorca tiene un examen complicado pero a la hora de afrontar el encuentro en el Anxo Carro se puede verse beneficiado porque se presenta con todas las de perder. No obstante, la derrota escocería en la isla y la semana cogería un peso considerable. Incluso en el discurso de Fernando Vázquez se percibe habitualmente una tranquilidad pero sus deseos se van evaporando. “No podemos esperar mucho para reaccionar y ganar partidos”, declaraba el técnico gallego vislumbrando en Lugo un punto clave para avanzar o de lo contrario retroceder.

POSIBLES ONCES