Tres tiros. Tres
goles.
Todo lo que envuelve la Segunda División y el Real
Mallorca llega a impresionar tanto que la incredulidad de poder
explicar un 3-0 bien ilustrado en un encuentro entre el líder de la
categoría y un conjunto que quiere tapiar cuanto antes la salvación
y la temporada se hace bastante complicado. Y si encima visualizas
una primera parte en la tónica habitual del equipo bermellón la
historia de una victoria abultada se hace aun más incomprensible.
Parece que cuando este equipo tiene la situación más enrevesada se
gusta y sale de ella. Bendita locura.
La eficacia suprema.
Decía anteriormente que el conjunto mallorquín ya no sorprendía
ni para bien ni para mal, porque esta temporada se ha vivido de todos
los colores aunque ha predominado mucho más el oscuro que el blanco.
Pues siguen asombrando. Esta vez de incredulidad, ya que la ley de
Murphy cayó en Fernando Vázquez a los veinte minutos de juego. Se
lesionaba Campabadal y el míster gallego se tuvo que dar la vuelta
al banquillo obligatoriamente viendo el dilema que se le caía
encima. Tenía que remodelar su equipo dentro de una remodelación.
Reconvertir al cuadrado. Llamó a Colunga y el jugador ni se lo
creía. Aunque siguió el Mallorca en la misma línea la primera
mitad. Dos centros fueron las ocasiones más claras de los locales.
Pero a partir del primer gol en la segunda parte vendría la
ascensión de un equipo que remató al cabeza de serie. Así sin más,
llenando el cupo de tiros a puerta en goles.

Otra vez el resultado.
Fue el protagonista una vez más. La semana pasada en Almería
también cogió el máximo protagonismo sin guión alguno del
Mallorca en el tapete de los andaluces. Y esta vez, la sensación
sigue siendo la misma per increíblemente el colegiado pitó el final
del encuentro y el aficionado divisó en la pantalla del estadio un 3
y un 0. Nadie se había equivocado. Ni tampoco que Adrián Colunga se
marchara con sus dos primeros tantos. Además, inmerso en una
improvisación total, Yuste ejerció a la perfección de Busquets
central en la época del Barça de Guardiola. Todo empezó no
convocando a Kasim. No fue Vázquez sino Miquel “Nanu” Soler
rememorando el “¿¡Kasim dónde vas?!”. Parece ser que la ayuda
del Nanu da sus frutos…Igualmente, lo importante es que el equipo
selle cuanto antes la temporada y que empiece otra con un mismo
objetivo por enésima vez: el ascenso. Puede que si la que viene se
“vende” la permanencia el equipo vuela alto. Y es que esta
plantilla va a dejar enajenado a más de uno.