No quiere arriesgar lo más mínimo. Puede llegar a ser comprensible
porque Fernando Vázquez quiere sacarse cuanto antes el billete de Segunda el
año que viene pero es preocupante la imagen que ofrece día sí y día también el
conjunto bermellón. El auto convencimiento de inferioridad de los jugadores es
considerable y no es creíble que este equipo no pueda proponer sencillamente
algo. Un míster que, parece ser, desconfía a marchas forzadas de sus pupilos y
ha decidido que el mejor plan es un conservadurismo de trinchera.
La cosa es puntuar. Está claro ya a estas alturas que esta
plantilla no sorprenderá ni por bien ni por mal. Cierto es que ha sido mucho
más patente durante toda la competición la apariencia fatídica en un terreno de
juego y la prudencia más que la imprudencia. El punto en Almería fue
inmensamente la mejor noticia del Real Mallorca. Cuando los otros equipos de
más abajo se pegaban por los puntos, los de Fernando Vázquez de una forma vacía
realizaron la actuación más efectiva de la temporada.

Todo suma. Y cuando se pensaba que peor parado no podía quedar el
encuentro del domingo, el técnico gallego la soltó después del partido en rueda
de prensa. Un jugador suyo no jugó porque se dejó el material en casa. Michel
Pereira, único jugador del Mallorca que repitió la última visita a Almería, se
dejó la protección utilizada para cubrirse la cara después de una rotura de
pómulo. Un apunte que puede pasar desapercibido pero que desenmascara un
detalle más del presente actual de la primera plantilla del Real Mallorca.