Como muchos de los jugadores que destacan en las islas, Kevin ingresó en las categorías inferiores del Mallorca, donde «empecé con los más pequeños, hasta infantil de segundo año, siendo una temporada muy bonita» . A pesar de su 1’95 de envergadura, Kevin no logra asentarse en los equipos más altos de de las islas, por lo que como otros tantos, tuvo que hacer las maletas, dirección a otra cantera, la del Real Valladolid, siendo «un paso un poco duro, ya que dejar todo lo que tienes a esas edades cuesta un poco, aunque sabes que es para algo bueno». Llegando en edad juvenil, en la temporada 2008/2009 Kevin debuta en la categoría de bronce, en el filial vallisoletano. «Tuve la oportunidad de debutar en Segunda B, pudiendo además compartir vestuario con grandes porteros como Sergio Asenjo». Allí pasó cuatro años, y Kevin la recuerda como «una etapa muy bonita».
En el filial, tras cuatro temporadas el portero palmesano se queda sin equipo, por lo que Kevin decide emigrar, y probar suerte en el futbol extranjero, ya que «después de la etapa del Valladolid, estuve medio año sin equipo. Me surgió la oportunidad, y tras un periodo de prueba, me cogieron». Su destino, el Panaitolikos griego, de la Segunda División del país heleno. «Fue uno de los momentos más bonitos de mi carrera, donde logramos ascender a primera división». «Además, en lo personal, pude conocer a mi mujer y formar una familia allí».
Tras su experiencia volviendo a jugar en el mediterráneo (mucho más lejos de zona natal de mediterráneo) decide volver al futbol español. Navia y Real Tapia son los dos primeros equipos a los que defiende en las dos primeras temporadas tras su regreso, en la tercera división andaluza. Para Kevin «fueron unos años duros, ya que tuve salir de Grecia por temas extradeportivos y fue casi como empezar de cero». En su tercer equipo, el San Sebastián de los Reyes, Kevin disputa una promoción de ascenso para volver a la división de bronce.
A pesar de no lograrlo en el campo, a Kevin le llega la oferta del Guadalajara. «La opción del Guadalajara era la mejor que tenía. Tenía otra de un equipo canario muy buena pero ni me lo pensé con un club histórico». Tras debutar con el equipo en Copa del Rey con una dolorosa derrota ante el Lleida Esportiu por 3-0, Kevin se encuentra a la sombra de Antonio Lechuga, y es que «tenía un gran portero delante que tenía la titularidad». Sin embargo, el entrenador Salvachúa decide confiar en él, y a partir de la jornada once ya nadie le sacaría de los tres palos bajo los que vive el portero. «A partir de ahí tuve buenas ocasiones, y el equipo también ayudada». Y es que el año sale redondo, y el portero lo recuerda como «fue un año muy bonito». Kevin, portero de grandes reflejos y un buen mano a mano, logra con el equipo morado entrar en promoción de descenso, donde caen ante Huracán en una eliminatoria igualada. «Mi primer Play Off de ascenso a Segunda División, un sensación maravillosa. Fue como un premio tras los años duros. Solo faltó el ascenso».
Esta temporada, está viendo como se reparten los minutos entre él y Ferri, el otro guardameta. «Desde el club yo tenía unas condiciones deportivas tras renovar».
Quince partidos para él por diez para su compañero de fatigas. La temporada no está siendo tan buena como la anterior, luchando en esta ocasión por lograr la salvación cuanto antes. «Hay equipo de sobras para conseguir el objetivo. No están saliendo las cosas, habiendo muchos cambios en cuerpo técnico o en jugadores, a lo que se le suman los problemas económicos. Eso lo hacen complicado». A pesar de los problemas, Kevin confía en lograr el objetivo, y es que al final «has de centrarte en el objetivo, y hay que sacar adelante esto cuanto antes».
Kevin no renuncia volver a casa más de diez años después. «Si pudiese seguir jugando al futbol de élite en las islas, en casa, sería inmejorable».
