Querer y no poder. El Mallorca mereció ganar ante un rival que aterrizó, se
plantó en el verde de Son Moix, marcó y partió. Se llevaron todo el botín,
incluso pudo parecer un robo de piedras preciosas a aquellos que llevaban
noventa minutos picándolas. Pero todo tiene un por qué y dónde no hay no
busques. Y Gálvez no encontró a nadie más que Coro y Fofo para poner arriba, ya
que Rolly ya mira hacia otro club, y si el calvianer gira levemente el cuello
solo se topa con Acuña. Más de lo mismo. Entre los tres citados anteriormente
llevan un gol. No hay más preguntas señoría.
plantó en el verde de Son Moix, marcó y partió. Se llevaron todo el botín,
incluso pudo parecer un robo de piedras preciosas a aquellos que llevaban
noventa minutos picándolas. Pero todo tiene un por qué y dónde no hay no
busques. Y Gálvez no encontró a nadie más que Coro y Fofo para poner arriba, ya
que Rolly ya mira hacia otro club, y si el calvianer gira levemente el cuello
solo se topa con Acuña. Más de lo mismo. Entre los tres citados anteriormente
llevan un gol. No hay más preguntas señoría.
El equipo preocupa. Preocupa porque el acierto no existe, no hay la mínima
puntería para ganar un partido. “Es un poco la película de siempre”, comentaba
en rueda de prensa Gálvez. Y es así, la analogía constante de un thriller que
cada fin de semana se pone en bandeja a los jugadores del Mallorca. La semana
pasada se perdió y la imagen fue desastrosa. En esta, la imagen mejoró
plausiblemente pero se volvió a perder. En Segunda División no se vive de
imágenes. Se vive de resultados. Única y exclusivamente de resultados. Y la
sensación es que el contrario cada jornada tiene esta lección aprendida, la
lección de no tirar el balón fuera mientras el Mallorca lo tira en cada acción
que algún jugador del Valladolid se encontraba en el suelo. Como diría
Mendilíbar, aquí no regalamos el balón. Apuntado queda Molango.
puntería para ganar un partido. “Es un poco la película de siempre”, comentaba
en rueda de prensa Gálvez. Y es así, la analogía constante de un thriller que
cada fin de semana se pone en bandeja a los jugadores del Mallorca. La semana
pasada se perdió y la imagen fue desastrosa. En esta, la imagen mejoró
plausiblemente pero se volvió a perder. En Segunda División no se vive de
imágenes. Se vive de resultados. Única y exclusivamente de resultados. Y la
sensación es que el contrario cada jornada tiene esta lección aprendida, la
lección de no tirar el balón fuera mientras el Mallorca lo tira en cada acción
que algún jugador del Valladolid se encontraba en el suelo. Como diría
Mendilíbar, aquí no regalamos el balón. Apuntado queda Molango.
Es vital comprar gol. Será complicado porque es visible que pocos delanteros con
credenciales quieran venir a un equipo que se hunde con el paso de las jornadas,
independientemente del nuevo proyecto “Sarver” y lo bonito que es vivir en la
Isla. Y no hacerse con un nueve de referencia aboca un sufrimiento agonizante y
una pesadilla que sería el descenso, ya que el Mallorca lleva cinco partidos
sin ganar y sigue como uno de los equipos favoritos ahora mismo para bajar a
Segunda B. Y es que el dinero no lo arregla todo.
credenciales quieran venir a un equipo que se hunde con el paso de las jornadas,
independientemente del nuevo proyecto “Sarver” y lo bonito que es vivir en la
Isla. Y no hacerse con un nueve de referencia aboca un sufrimiento agonizante y
una pesadilla que sería el descenso, ya que el Mallorca lleva cinco partidos
sin ganar y sigue como uno de los equipos favoritos ahora mismo para bajar a
Segunda B. Y es que el dinero no lo arregla todo.
En el fútbol siempre es el entrenador el
señalado. Es probable que haya sido el último
partido de Pepe Gálvez, no por una desunión con el grupo. No es un caso Rafa
Benítez. Es porque sacar jugo a un equipo que para algunos estaban catalogados
para subir a Primera es de máster en ingeniería agrónoma. Y claro, se ve como
un imposible despedir a media plantilla. Sin embargo, el consejero delegado
Maheta Molango afirmó después del partido que “hoy me han demostrado que son
soldados”. Añadiría que son soldados pero sin armas. Esperemos que Fernando
Vázquez, que apunta inminentemente como nuevo entrenador del Real Mallorca,
sepa exprimir bien. Pero diría que primero hay que preparar un buen abono a las
plantas.
señalado. Es probable que haya sido el último
partido de Pepe Gálvez, no por una desunión con el grupo. No es un caso Rafa
Benítez. Es porque sacar jugo a un equipo que para algunos estaban catalogados
para subir a Primera es de máster en ingeniería agrónoma. Y claro, se ve como
un imposible despedir a media plantilla. Sin embargo, el consejero delegado
Maheta Molango afirmó después del partido que “hoy me han demostrado que son
soldados”. Añadiría que son soldados pero sin armas. Esperemos que Fernando
Vázquez, que apunta inminentemente como nuevo entrenador del Real Mallorca,
sepa exprimir bien. Pero diría que primero hay que preparar un buen abono a las
plantas.