Cansados. Podría
ser otro vocablo parecido pero la idea es la misma. Los aficionados
ya se han dado cuenta que la parafernalia de principio de temporada,
el “puedo prometer y prometo” fue una apuesta donde la palabra
arriesgada se quedaba cortísima. El maquillaje realizado por los
responsables en cuanto a la plantilla ya se ha destapado por completo
por los resultados en este 2015. Porque los resultados no engañan a
nadie.
Ridículo. Es así,
sin más. El Real Mallorca tropieza cada jornada con la misma piedra,
pero puede ser que los que tropiecen no tengan el nivel como para ver
el pedrusco que les hace caer siempre. No lo vieron el pasado sábado
frente al Girona, ni con el Tenerife, ni Alavés. Paro de enumerar.
Exceptuando el encuentro de Albacete. Nuevo entrenador igual a tener
que apretarte el cinturón un poquito más. Y es que la pregunta es
muy sencilla: ¿hay algún jugador del Mallorca que haya sido peleado
con algún otro club, ya no digo de Segunda, para que viniera a la
isla? La respuesta es no. El currículum de los jugadores bermellones
no da para que dos equipos se peleen por ellos. Es la cruda realidad.
Además, basta echar un poco la vista atrás y ver que los
futbolistas que marcan la diferencia son los jóvenes de la cantera
que han costado cero. Brandon Thomas y Damià Sabater aún no tienen
fichas del primer equipo. Queda apuntado.
Se pegaron un tiro en
el pie.
Los Reyes Magos de Oriente llegaron antes a Son Moix. Y a
punto estuvo de venir Papá Noel para entregar el segundo gol al
Girona. La primera parte fue somnolienta y la clave fue que el equipo
que menos durmiera se llevaría la recompensa. Y, por asombro de
muchos, el Mallorca marcó de cabeza. Un hecho insólito en el que
subía al marcador el primer gol marcado por un defensa en esta
temporada realizado por Lucas Aveldaño a centro del canterano Damià
Sabater. Sin embargo, pasado ya el ecuador de la segunda parte el
conjunto bermellón desconectó. Apagó la mente y le dio vida a un
Girona que alucinaba viendo a su contrario cuando ellos mismos
pensaban que les caería el segundo. La ocasión más clara de los
mallorquines fue de James, jugador que salió apretando el botón de
reset, cuando, como una gacela, se fue de todo el que se puso por
delante y se plantó delante de la portería rival pero se la dio al
muñeco. En el tiempo de descuento, Son Moix fue un outlet para el
Girona.
Los tres escenarios de
Pepe Gálvez.
El de Calviá ya conoce todos los resultados
posibles. Un club que, con la última gran estrategia del margen de
tres partidos, pretende apuntar más a sus técnicos que a sus
jugadores. Cierto es que en todo club de fútbol la responsabilidad
de malos resultados va enfocada al míster. Y más en Segunda
División. Basta ver clubes como el Zaragoza que destituyen a su
cuerpo técnico e incluso al director deportivo y está a solo un
punto de playoff de ascenso. Porque al final la cantidad pesa más
que la calidad. Debe ser obligado que en este mismo momento que está
leyendo esta línea, club y Director Deportivo tengan ya atado a
futbolistas para mejorar exponencialmente la plantilla. La compra de
gol es más que una obligación y también un jugador que, de una vez
por todas, lidere y no se achique en tramos de juego que son vitales
no dormirse. Habrá que sacar el turrón de segunda. Y es que el
turrón de primera ya ni se recuerda.