Jornada 13. Estadio El Sadar (Pamplona).
13.490 espectadores
Alineaciones:
RCD Mallorca:
Cabrero, Aveldaño, David Costas, Joan Oriol (Damià Sabater,
min.83), Campabadal, Sissoko, (Tià Sastre, min.75), Javi Ros,
Pereira, Campabadal, Moutinho y Cororminas (Rolando Bianchi, min.70).
min.83), Campabadal, Sissoko, (Tià Sastre, min.75), Javi Ros,
Pereira, Campabadal, Moutinho y Cororminas (Rolando Bianchi, min.70).
Banquillo:
Parera, Truyols, Bianchi, Adams, Damià Sabater, Tià Sastre y Joan
Sastre.
Sastre.
CA Osasuna:
Nauzet Pérez, Miguel Flaño, Loties, Oier, Nino (Kodro, min.87),
Merino, Milic (Pucko, min.46), Roberto Torres (Álex Berenguer,
min.75), Unai Gracía, Martins y David García.
Merino, Milic (Pucko, min.46), Roberto Torres (Álex Berenguer,
min.75), Unai Gracía, Martins y David García.
Banquillo:
Mario, Kodro, Pucko, José García, Álex Berenguer, Aitor Buñuel y
Antonio Otegui.
Antonio Otegui.
Arbitro: Daniel Jesús Trujillo Suárez (Comité Tinerfeño).
Linieres: Álvaro Yeray Carreño Cabrera y José Carlos Escuela Melo.
El Real Mallorca, después de seis partidos sin conocer la derrota,
se quedó sin puntuar en Pamplona en un partido que se perdió en
gran parte por la gestión y planificación de los tiempos del cuerpo
técnico mallorquín. Hay que admitir que hubo minutos donde los del
Chapi Ferrer dominaron con claridad al equipo local, pero el
deshabitado puesto de arriba pesa mucho y si encima con un marcador
adverso no concentras lo suficiente en la punta de ataque es
imposible finalizar ocasiones de peligro. Y el objetivo del futbol es
hacer gol. Simple que parece pero complicado para un equipo que
preocupa mucho su falta de gol y finalización.
se quedó sin puntuar en Pamplona en un partido que se perdió en
gran parte por la gestión y planificación de los tiempos del cuerpo
técnico mallorquín. Hay que admitir que hubo minutos donde los del
Chapi Ferrer dominaron con claridad al equipo local, pero el
deshabitado puesto de arriba pesa mucho y si encima con un marcador
adverso no concentras lo suficiente en la punta de ataque es
imposible finalizar ocasiones de peligro. Y el objetivo del futbol es
hacer gol. Simple que parece pero complicado para un equipo que
preocupa mucho su falta de gol y finalización.
En cuanto al equipo encabezado por Enrique Martín, un preparador de
sangre caliente (hoy lo sufrió desde cerca el capitán Miguel Flaño)
fueron en casi todo el encuentro el antagonista del partido. No
obstante, era el conjunto que escribía los hechos más
trascendentes. Y algunos de estos llegaron pronto. Fue el gol en el
minuto nueve de encuentro. Un córner que despejó Héctor Yuste lo
volvió a mandar hacia el mismo lanzador del saque de esquina.
Entonces, con tiempo para poner un buen balón arriba, Roberto Torres
se la colocó a Unai García y empujó el balón a las redes de la
portería de Cabrero. El central del Osasuna sin oposición cabeceó
con plena comodidad. Los rojillos ya se encontraban por delante del
marcador y acabarían así hasta que el colegiado pitara el final del
encuentro. Sin embargo, tres minutos más tarde y aún con la memoria
fresca del gol para los isleños, llegaría el segundo que, en el
minuto doce de prolongación, dejaba al conjunto bermellón casis
sentenciado. Fue una cadena de errores en el que un disparo sin
ningún pronóstico de peligro, rebotó en la pierna de Joan Oriol y
Cabrero no llegó al esférico que entró llorando.
sangre caliente (hoy lo sufrió desde cerca el capitán Miguel Flaño)
fueron en casi todo el encuentro el antagonista del partido. No
obstante, era el conjunto que escribía los hechos más
trascendentes. Y algunos de estos llegaron pronto. Fue el gol en el
minuto nueve de encuentro. Un córner que despejó Héctor Yuste lo
volvió a mandar hacia el mismo lanzador del saque de esquina.
Entonces, con tiempo para poner un buen balón arriba, Roberto Torres
se la colocó a Unai García y empujó el balón a las redes de la
portería de Cabrero. El central del Osasuna sin oposición cabeceó
con plena comodidad. Los rojillos ya se encontraban por delante del
marcador y acabarían así hasta que el colegiado pitara el final del
encuentro. Sin embargo, tres minutos más tarde y aún con la memoria
fresca del gol para los isleños, llegaría el segundo que, en el
minuto doce de prolongación, dejaba al conjunto bermellón casis
sentenciado. Fue una cadena de errores en el que un disparo sin
ningún pronóstico de peligro, rebotó en la pierna de Joan Oriol y
Cabrero no llegó al esférico que entró llorando.
El partido se les ponía muy de cara al Osasuna, que con contadas
llegadas al campo del Mallorca ya sumaban dos goles. Ya Parece
habitual que el equipo mallorquín tenga que ser despertado en forma
de goles y sustos de gran calibre para que despierte. Y cuando los
once jugadores ayer vestidos de negro empezaron a ser consientes de
la situación de ir dos abajo, empezaron a coger terreno a los
locales. Tanto es así que en una arrancada por el costado derecho de
Campabadal surgiría el primer gol de Coro en liga. Centro de larga
distancia donde el catalán burló a la defensa y estiró la pierna
para poner el 2-1. Un Corominas que única y exclusivamente hizo el
gol. Lo demás fueron espejismos.
llegadas al campo del Mallorca ya sumaban dos goles. Ya Parece
habitual que el equipo mallorquín tenga que ser despertado en forma
de goles y sustos de gran calibre para que despierte. Y cuando los
once jugadores ayer vestidos de negro empezaron a ser consientes de
la situación de ir dos abajo, empezaron a coger terreno a los
locales. Tanto es así que en una arrancada por el costado derecho de
Campabadal surgiría el primer gol de Coro en liga. Centro de larga
distancia donde el catalán burló a la defensa y estiró la pierna
para poner el 2-1. Un Corominas que única y exclusivamente hizo el
gol. Lo demás fueron espejismos.
Aunque el Mallorca no finalizaba las acciones del partido, era cierto
que en el tramo final de la primera parte fueron claros dominadores.
Incluso se percibía comodidad para la media mallorquinista. Entonces
Sissoko, acostumbrado a hacer de segundo delantero, hiló bien una
acción con Javi Ros quedándose solo frente al portero, pero emergió
en el cruce David García bregando al francés que reclamó penalti
en una jugada dudosa para pitar pena máxima.
que en el tramo final de la primera parte fueron claros dominadores.
Incluso se percibía comodidad para la media mallorquinista. Entonces
Sissoko, acostumbrado a hacer de segundo delantero, hiló bien una
acción con Javi Ros quedándose solo frente al portero, pero emergió
en el cruce David García bregando al francés que reclamó penalti
en una jugada dudosa para pitar pena máxima.
El Mallorca olvidó el posible penalti y ya en el segundo tiempo
salió como dejó el primero. Control del balón, yendo de un lado al
otro en zona de tres cuartos. El dominio era claro pero las ocasiones
de gol no llegaban. Y no llegaron nunca.
salió como dejó el primero. Control del balón, yendo de un lado al
otro en zona de tres cuartos. El dominio era claro pero las ocasiones
de gol no llegaban. Y no llegaron nunca.
El Osasuna tuvo la lección bien aprendida y leyó a la perfección
el partido. En el descanso sacó al portento delantero Milic y entró
Pucko, que no se colocó en punta de ataque sino que caído en banda
para frenar las acciones tanto de Pereira como de Moutinho. Por eso,
los minutos pasaban para el pesar del Mallorca y los rojillos se
encontraban cómodos sin el control del esférico y bien juntos.
Tanto es así que nunca llegó la ocasión de los bermellones. Chapi
cambió pieza por pieza y, lógicamente, quedó igual. Sin adelantar
líneas arriba para poder llegar al meta local Nauzet. Incluso, con
la desesperación final del Mallorca, el Osasuna tuvo algunos
arreones para redondear una noche que el equipo local volvió a
encontrarse con la victoria en casa y liderando actualmente la
categoría y que el Mallorca se mete en puestos de descenso y se
aprecia que todos estos partidos sin conocer la derrota han servido
más bien para poco.
el partido. En el descanso sacó al portento delantero Milic y entró
Pucko, que no se colocó en punta de ataque sino que caído en banda
para frenar las acciones tanto de Pereira como de Moutinho. Por eso,
los minutos pasaban para el pesar del Mallorca y los rojillos se
encontraban cómodos sin el control del esférico y bien juntos.
Tanto es así que nunca llegó la ocasión de los bermellones. Chapi
cambió pieza por pieza y, lógicamente, quedó igual. Sin adelantar
líneas arriba para poder llegar al meta local Nauzet. Incluso, con
la desesperación final del Mallorca, el Osasuna tuvo algunos
arreones para redondear una noche que el equipo local volvió a
encontrarse con la victoria en casa y liderando actualmente la
categoría y que el Mallorca se mete en puestos de descenso y se
aprecia que todos estos partidos sin conocer la derrota han servido
más bien para poco.