Utz Claassen va en serio

La verdad es que es
normal que los aficionados duden de la parte noble del club. Y es que
el mallorquinismo ha tenido que aguantar varias etapas de mangantes
que aprovechaban una institución para hacer y deshacer en beneficio
propio. Períodos aún frescos para todos aquellos seguidores. Sin
embargo, parece que por fin ha llegado una nueva etapa en el
Mallorca. Puede que este nuevo período llegó el seis de enero de
este mismo año cuando Utz Claassen se hacía dueño absoluto del
club. Pero ayer fue la prueba de que este proyecto a “largo plazo”,
como Claassen ha vaticinado, parece que va en serio. Muy en serio.

20,6 millones. Esta es,
ni más ni menos, la cifra que el club coloca para la ampliación de
capital que se aprobará el próximo 30 de Noviembre. Una
cifra que multiplicará por once el combustible del Real Mallorca
para despegar y llegar del tirón, sí o sí, a primera división.
Era el objetivo marcado de Utz Claassen antes de empezar la
pretemporada y ahora es con más fuerza la única misión. Esta
ampliación, en la que Utz ya ha declarado que será clave en la
realización juntamente con personas de estrecha confianza, es la
llave para volar a la máxima competición. Y tiene que ser, por el
bien de la operación, un viaje sin billete de vuelta.

Se juegan mucho. El todo
o nada. Y han apostado la primera opción indudablemente. Utz
Claassen sabe de sobra que un año más en Segunda es prácticamente
inviable. El teutón ya ha desembolsado parte de su patrimonio hacia
el Mallorca para darle viabilidad, porque cabe recordar que en verano
su límite salarial estaba en lo más hondo de la categoría de plata
y que sin la compra del 94,8% por parte del alemán el club padecería
de gravedad o, incluso, ya se hubiera echado abajo la barrera.

Cierto es que el máximo
accionista y presidente de la entidad es un individuo peculiar.
Acostumbrados ya por su afán de protagonismo y por un carácter
ansioso que suele perjudicarle en sus declaraciones, llegó un dos de
noviembre de 2010 formalizando la compra del 10% de las acciones del
Mallorca con un valor cerca de los 200.000 euros. La pregunta del
millón sería por qué ha tardado más de cinco años en llevar a
cabo el proyecto que ahora se vislumbra. Seguro que si la ejecución
hubiera sido más temprana, la afición se podría haber ahorrado
contemplar verdaderos esperpentos.

Ahora solo queda esperar
a lo más importante. Y es la visibilidad y la correcta ejecución de
todo lo que envuelve este aparente gran paso de gigante para un club
de futbol que es de justicia, de una vez por todas, estar donde se
merece.