Después de tres
temporadas y 118 partidos oficiales en el Playas de Calviá toca
despedirse, toca decir hasta luego. Como es normal no puedo irme de
un club que me ha tratado tan bien durante este tiempo sin dar las
gracias a todos aquellos que me lo han permitido y me han ayudado:
En primer lugar agradecer
a Ladi, jugador que tuve la suerte de entrenar en La Unión y en el
Playas, por convencer a Pepe Gálvez y Pepe Luque para que me
ficharan.
Como no agradecer a toda
la directiva su absoluta confianza en mí, Jaime, Edu, David y
Víctor, mil gracias por todo el esfuerzo que hacéis para dirigir el
club contra toda adversidad, así como a Manolo Grillé por ayudarnos
cada vez que lo hemos necesitado.
Dar las gracias a TODOS,
mis jugadores por compartir su tiempo conmigo, hemos sudado,
sangrado, sufrido, disfrutado, hemos reído y hemos llorado juntos,
día tras día, siempre juntos estoy muy orgulloso de vosotros.
Gracias por permitirme vivir un ascenso a Tercera y haber podido
entrenar en la máxima categoría Balear durante dos temporadas,
gracias por vuestra dedicación y entrega, gracias por enseñarme
tanto y hacerme mejor entrenador, gracias por confiar en mí siempre
con los ojos cerrados, os estaré eternamente agradecidos.
Y como no, agradecer a mi
cuerpo técnico, mi otra familia, su apoyo incondicional, su
paciencia y comprensión conmigo, por ser siempre un apoyo
imprescindible para mí, sólo yo se lo importante que habéis sido
en cada triunfo y en cada derrota, Tomeu Durán, Nicolás Trenado,
Juanjo Aguiló, José Fuentes (Fleky), Oscar Del Río, Toni Arroyo,
Javi Gallego y Enrique Castro, mil gracias por todo.

Dejo un club, sabiendo
que volveré en un futuro, y deseándole lo mejor, porque la gente
que lo forma se lo merece. Me llevo mil recuerdos y muchísimos
amigos, ha sido una etapa maravillosa e irrepetible y de ahora en
adelante mi corazón siempre será un poquito naranja.  
Gracias, Silvestre del Río Valero.