Ya había ganas de que llegase esta
fecha. Malorca B y Atlético Baleares se vuelven a encontrar.
Después de una temporada de parón, vuelve el derbi de Palma. Un
derbi siempre es especial. Un derbi nunca se vive igual que el resto
de partidos. Hemos tenido que esperar hasta la última jornada antes
del parón navideño, para que la liga de segunda b nos trajese este
regalo. Bermellones y blanquiazules se enfrentarán en Son Bibiloni.
Es un derbi. No hay clasificaciones
posibles. No importan los ocho puntos que se llevan en la
clasificación. No importa la trayectoria ascendente del Atlético
Baleares desde que saliese de esa posición de colista. No importan
los problemas de cara al gol que está teniendo el Mallorca B. Solo
cuentan los 22 hombres, y las dos aficiones que se verán las caras
en el Son Bibiloni. Dos aficiones que esperan con ganas este derbi,
donde se espera un buen desplazamiento del equipo balearico, para
arropar a su equipo en fecha tan señalada.
Poco se puede decir del partido. Las
previas llegarán y se leerán, las crónicas post partidos, quizás
alabando a unos y marcando las ganas de vendetta del otro para la
vuelta se leerán. Pero lo más importante serán los sentimientos a
flor de piel que se vivirán en el campo. No lo olvidemos, que
estamos ante el duelo de palma de más alta categoría actualmente.
El derbi balear de más alta categoría en el futbol de hoy.

Un servidor escribe estas líneas algo
lejos de las islas. Quizás no pueda expresar como se sienten las
aficiones ante tal partido. Pero si he vivido derbis. Y si se que son
esos partidos que esperas desde comienzo de temporada. Que esperas la
llegada del pitido inicial, y el jugador espera darlo todo en el
campo. Y el aficionado. Sobre todo el aficionado. Los que realmente
siempre estaremos con el equipo, arengando para que nuestros
jugadores se dejen el alma en el campo. Y yo desde la distancia,
conociendo como voy conociendo a los jugadores, no dudaré de tal
hecho. No dudo que ambos conjuntos querrán serviles en bandeja este
regalo de navidad a sus aficionados.

José Raúl González