Una de
las grandes revelaciones de la temporada está siendo el Málaga CF, un equipo
seguro atrás, consistente en medio campo y muy versátil arriba. Su inicio de
liga no fue nada fácil, una derrota y cuatro empates de forma consecutiva y
tras una nueva derrota ante el Getafe, el equipo empezó a ganar, encadenando
cinco victorias en las últimas jornadas.
La
temporada pasada fue muy dura, luchando hasta cerca del final de temporada por
no caer en puestos de descenso y haciendo un gran tramo final para terminar en
mitad de la tabla. La plantilla ha sufrido muchos cambios desde entonces, con
más de diez incorporaciones si le sumamos los ascendidos del filial.
(Fotografía Sergio
Sánchez y Welington – Copyright: Getty Images)

Es muy
loable la velocidad con la que han adaptado sus roles, con un once tipo
remarcado, pero con la inclusión de sustitutos rallando a gran nivel, que no
hacen decaer el rendimiento del equipo cuando entran a jugar. En todo este
proceso, ha sido vital la implicación como líderes de Sergio Sánchez y
Welington Robson, ya no sólo por su trabajo fuera del campo, sino por la
tranquilidad que dan a sus compañeros en el terreno de juego. Entre ambos ya
casi acumulan 200 balones recuperados y solamente el Barcelona ha encajado
menos goles que el equipo malagueño. Nueve goles encajados, los mismos que ha
recibido el Valencia.
Si la
pareja de centrales es incuestionable, los laterales del equipo también están
muy definidos, Rosales se encarga del derecho, mientras Antunes hace lo propio
en el izquierdo. Más que de laterales, se les podría definir como carrileros,
no abusan en sus incursiones en ataque, pero siempre se sitúan más adelantados
que la línea de centrales, abriendo el campo, sabiendo cuando profundizar para
sorprender y no caer en la previsibilidad. Ambos se encuentran por encima de
los 25 años, una edad intermedia entre la juventud y la experiencia, aunque
viéndoles jugar, se podría decir que poseen una mezcla de ambas virtudes.
En el
medio campo nos encontramos a una de las grandes novedades de la última lista
de Vicente Del Bosque, el excolchonero Camacho, quién ha jugado todos los
partidos de la temporada, incluso casi todos los minutos y es una pieza clave
para el equilibrio del equipo. No sólo eso, su entendimiento del juego y su
posicionamiento táctico posibilitan el éxito de la apuesta táctica del
entrenador. En muchos tramos del partido, retrasa su posición para formar entre
los centrales, defiende bien por abajo, tiene una gran facilidad para encontrarse
en todas las disputas aéreas y permite una salida más elaborada del juego ante
la ineptitud de los centrales en este aspecto. Su posición inicial es en el
doble pivote, acompañado habitualmente por Darder, una pareja consolidada y que
se complementa a la perfección, aunque también Recio y Samuel han jugado
algunos minutos en esa posición.
El
1-4-2-3-1 se complementa con una magnifica línea de mediapuntas, todos muy
jóvenes y con un gran desparpajo, técnicos y con una gran capacidad de
sacrificio. Es común ver a cualquiera de ellos, Samuel-Juanmi-Samu Castillejo,
defendiendo en posiciones muy atrasadas, como si de un lateral se tratara, de
esta forma los laterales pueden cerrar espacios y los pasillos centrales. Todo
el equipo juega muy junto y con las líneas muy cercanas, a excepción del punta,
un Amrabat que se ha convertido en un jugador decisivo, especialmente en
momentos cruciales. Sus continuos movimientos, junto al intercambio constante
de posiciones entre los mediapuntas, son un quebradero de cabeza para todas las
defensas a las que se enfrentan, ahí reside su poderío ofensivo, en esa
creación y explotación de espacios, con una premisa muy clara, finalizar las
jugadas de ataque.
(Fotografía Samu
Castillejo y Amrabat – Copyright: Agencia EFE)

SAMU
CASTILLEJO Y AMRABAT

Una
cosa es ser un equipo competitivo, lo que te hace, como bien dice el adjetivo,
competir de forma continua, aunque eso no asegura el éxito. Para ello es
necesario siempre de jugadores desequilibrantes, aquellos que maximizando sus capacidades
(físicas, técnicas o ambas a la vez) logran por sí solos resolver partidos
igualados. Amrabat y Samu Castillejo son lo que habitualmente se denominan
“cracks del equipo” en el conjunto malaguista y es que además de ser decisivos
en el resultado final de los partidos, también lo son en el desarrollo de los
mismos. Castillejo es un jugador muy desequilibrante, en el uno contra uno y en
la resolución de ataque, es talento puro al servicio de la velocidad y todo
ello sin eximirse de cumplir en tareas defensivas, un apartado en el que se
implica como el que más, al igual que todo el equipo y que le ha valido a él,
para entrar por primera vez, a formar parte del combinado español dirigido por
Del Bosque.
Ya
hemos hablado del sacrificio que hace el equipo, pero si hay un jugador que
escenifica esa imagen, es sin duda Amrabat, al que ya muchos se apresuran a
comparar con Diego Costa y pese a las diferencias lógicas, su parecido en el
juego es asombroso. La presión incansable en la primera línea rival es
asfixiante para el adversario, aunque si tuviese que destacar su mejor virtud,
esa sería la capacidad para ofrecer una solución al compañero. Se mueve
constantemente, se ofrece en corto, bajando a recibir, pero también al espacio
para crear incertidumbre a la defensa rival, todo ello durante los 90 minutos y
con una clarividencia especial para ejecutar la mejor opción en los metros
finales.

Javi
Gracia es el artífice de esta evolución del equipo, ha impregnado al equipo de
confianza y de un modelo fijo, algo que por fuerza debe ir cogido de la mano.
Posee una lectura previa del partido fascinante, lo que reafirma todavía más
esa seguridad, especialmente a la hora de afrontar los partidos. El Málaga
afronta una ilusionante temporada y quién sabe si puede terminar recordando
aquel euro-Málaga, el apoyo de la afición lo tienen y la ruta de viaje también.
¡Qué la suerte les acompañe!

Quim Pascual Pla