Está encarando su quinta temporada en
Tarragona. Capitán del equipo grana, Xisco Campos es de esas piezas
clave en un vestuario. En el vestuario del Nàstic de Tarragona es un
jugador de los que hace grupo. No en vano, el hoy central de
Binissalem llegó con el equipo en segunda división, y hoy en día
es uno de los encargados de intentar devolver al equipo de la capital
de la provicia a la división de bronce. Y es que, desde su ausencia
en la primera jornada, Xisco Campos no ha fallado ni un solo minuto.
Con estos, ya acumula 140 partidos con el Nàstic en liga, más otros
seis en promoción y otros tantos en Copa.
Xisco llego a Tarragona como lateral
derecho, y desde el desembarco del equipo en la división de bronce,
ha visto su posición reconvertida a central. Es de esos jugadores
que han de ser titulares por merecimiento propio y para imprimir
carácter a un equipo. Nunca verás a Xisco acabar un partido sin
darlo todo. Es un central de esos que los delanteros temen tener en
frente. Mejor aliado que rival, puesto que es un central que va con
todo, que se vacía, que exprime hasta su última gota de sudor y
aliento en los noventa minutos.

Además, a todo esto, hay que sumarle
su gran experiencia. Ya acumula más de cuatrocientos partidos de
liga desde primera a segunda división b. Desde su debut, con tan
solo 19 años en el Mallorca B, Xisco ha militado en el primer
equipo, Levante B, Écija, Murcia, Castellón y finalmente Gimnàstic.
Ahora ya con 32, espera poder cumplir uno de sus grandes objetivos de
los últimos años: poder retornar al club grana, el club al que
capitanea, a segunda división. El año pasado, en Llagostera, el
destino le dio la espalda. Este año, su gran esfuerzo, no puede
quedar sin recompensa, y esperamos desde estas líneas, que como uno
de nuestros baleares de bronce, lo logre.

#balearesdebronce  

José Raúl González