Esa posición que te lleva a competir bajo los postes siempre
es complicada. Cuando no eres de la partida inicial, difícil es que pueda
llegar tu momento si no es en una competición paralela o por la baja de tu
compañero que disfruta de la titularidad. Bien cierto es también, que el
trabajo bien hecho y el esfuerzo tiene su recompensa. Hoy, en baleares de
bronce, viajamos hasta Guadalajara, para hablar de Kevin Ulbrich, guardameta nacido
hace 26 años en Palma de Mallorca.
Esta presente temporada, Kevin empezó tras la sombra de su
compañero Toni Lechuga. Su debut oficial llegó en Copa del Rey, aunque no dejó
buen recuerdo al portero. A pesar de algunas buenas intervenciones, vio como su
equipo caía en Lleida por un contundente 3-0. Kevin no se arrugó, y siguió
luchando para convencer a su míster, Carlos Pérez Salvachúa, de que él debía
ser el encargado de defender la portería morada también en liga. Sobrado de
cualidades, Kevin solo había podido debutar en segunda b en el filial del
Valladolid con 20 años, en la temporada 2008-2009, con un total de 13 partidos.
Curtido en tercera división en el propio filial pucelano, y equipos como Navia,
Tapia o San Sebastián de los Reyes, con experiencia griega de por medio, Ulbrich
volvió a formar parte de una plantilla en la categoría de bronce.
Hace tres jornadas, el trabajo bien hecho, el no desfallecer
en busca de su meta, le dio su recompensa. Salvachúa alineo al portero balear
de inicio en la visita de su equipo al Fernando Torres de Fuenlabrada. No
decepcionó. Cuando su equipo peor lo estaba pasando, Kevin demostró que es un
portero a tener muy en cuenta. Haciendo gala de grandes reflejos, de ser un
portero fiable en el mano a mano y de gran colocación, el Guadalajara logró
sobreponerse, y en el debut en liga del guardameta, se llevó los tres puntos
por 1-3.
Tres jornadas después, Kevin sigue siendo titular. Ágil,
seguro en las salidas y por alto, y con endiablados reflejos, Kevin intenta
desde la portería conducir a su equipo al objetivo de entrar en las
eliminatorias de ascenso. Otro pasito más que lograría balear de bronce de esta
semana. Quizás, por la vía del ascenso, este gran portero de 1’93 podrá
ascender un escalón y poder estar bajo un larguero en segunda división.
Por cierto, seguramente no os sonará excesivamente
mallorquín su apellido. La respuesta es bien clara, y es que, aunque nacido en
Palma de Mallorca, tiene padre alemán

#balearesdebronce  

José Raúl González