Mucho antes de lo previsto (25 de octubre) el F.C.Barcelona puede lograr que la Liga exclame: ¡Hasta aquí hemos llegado!, y es que sin tan siquiera haber llegado al ecuador del ecuador de la competición, los de Luís Enrique podrían situarse a 7 puntos de su principal rival. De lo contrario, la Liga estaría de nuevo destinada a acoger emoción, no solo con los blancos, sino también con el resto de perseguidores.
Es, de esta manera, la semana indicada, la que puede decidir o rehacerse, y cuyo resultado anticipará un estado de forma. Sin duda, la semana ideal, aunque sí es cierto que los blancos no pueden fallar, y eso es una desventaja importante. A pesar de ello, es una semana ideal porque si el Barça vence tendrá todo de cara y el margen de error será mayor, lo que provoca menos presión, y a su vez puede conllevar la mejor versión del Barça, pudiéndose desenvolver con mayor soltura. Por otra parte, si gana el Madrid, los de Ancelotti cogerían de nuevo la confianza de la temporada pasada y encararía lo que resta de temporada con la ambición de los nuevos, un James que no sabe que es ganar títulos de gran dimensión, y un Kroos con mucha trayectoria por delante, con la ambición de hacer olvidar a Xabi Alonso.
El Caso Bale

Esta semana saltó la sorpresa en la enfermería merengue con la lesión de Gareth Bale de unas dos semanas. Aún no nos ha quedado claro si es eso es una estrategia del club o si realmente es cierto, pues varios medios descartan su participación, mientras que otros tantos informan de que aún es duda. De todos modos, aunque la lesión de Gareth supone una baja sensible, de momento su aportación colectiva ha sido discreta. En resumen, muchos goles y asistencias pero poca asociación. En su lugar podría entrar un Isco que llega en un gran estado de forma, pero que aparece y desaparece en ciertos tramos del partido. Con el mejor Isco, la baja de Bale se puede salvar sin problemas, pero si Isco juega intermitentemente y solo tiene detalles, el Madrid lo pasará mal, más sabiendo cómo está el centro del campo “blaugrana”.
Las dudas de “Lucho”

Precisamente, esta cuestión es una incógnita en el esquema de Luís Enrique. Tras la gran actuación de Mascherano en el centro del campo y las dudas que se han creado alrededor de Busquets, para mí, injustas, pueden modificar el puzle. Más claramente, el caso de Iniesta, que no está ni de lejos en su mejor momento, y el rendimiento que está dando Xavi Hernández también han sembrado la incertidumbre en la mente del técnico asturiano.
Las claves

Las claves, a grandes rasgos, del Madrid – Barça están claras. No es un misterio que la defensa de ambos está siendo vulnerable, y aunque Bravo no ha encajado ni un gol, la pegada del Madrid se asemeja más a la del PSG que a la del Eibar. El balón parado también será indispensable, sobre todo en el caso del Madrid, que aún no ha solventado su gran quebradero de cabeza; el duelo Messi – Cristiano. Hay Cristiano y Messi dependencia, sin duda. Si no marcan, no asisten, no regatean, no aguantan, no encaran, es decir, si no tiran del carro, ambos equipos restan.
Para terminar, aunque hay más claves, la del equilibrio es una de las más importantes. Esa palabra que tanto le gusta a Carlo. Es tan indispensable como cierto. El Real Madrid deberá frenar las transiciones en las que tanto sufre, eso de defender se ha mejorado, pero ni los tres de arriba ni Isco defienden como ley, y esa tarea la realizan Modric y Kroos, que a la vez deben asumir el control del equipo. La importancia del equilibrio también se centra en anular el centro del campo culé, que ahora mismo está que se sale, y además presenta alternativas, y frenar la sociedad Neymar – Messi, algo que no puede exigirse solo a la zaga.
Llega un clásico tempranero, pero que puede ser definitivo. Con toda una liga por delante, la competición podría ser una pesadilla para unos y un paseo para otros. Una prueba de fuego para Luís Enrique y Ancelotti, un nuevo reto para los jugadores y “show” para el espectador, que es realmente el eje sobre el que gira la existencia de este deporte en la actualidad. Un partido diferente, como siempre, que mueve masas, sobre el que se realizan infinidad de análisis, sobre el que se ponen infinidad de ojos y en el que no se escapa un gesto. ¡FÚTBOL!

Xesc Ripoll