Ayer Mestalla era una fiesta. El Valencia saltaba al campo consciente de que podía ser líder si sumaba una victoria de líder. Lo hizo. En apenas media hora los de Nuno ya habían encarrilado el partido con 2 goles (Alcácer y Gayá). Más tarde, en la segunda parte, Feghouli iba a anotar el gol que colocaría al Valencia en lo más alto de la tabla, igualando a puntos a Barcelona y Sevilla, pero superándolos por diferencia de goles.

Era una noche especial en Mestalla, pues podía ser uno de esos partidos que marcarían la estabilidad en un club que anduvo buscándola los últimos años sin premio. Ahora, de la mano de un Peter Lim que ha devuelto la ilusión a la Ciudad del Turia, este nuevo Valencia empieza a cumplir los requisitos para volver a ser un grande de nuestra liga. Un entrenador que propone cosas parecidas a las del “Cholo” en el Atlético, aunque con menos solidez, pero más fluidez.

Estamos hablando de un equipo totalmente nuevo, construido sobre la base del año pasado, es decir, los jugadores que merecieron ser recompensados por su entrega hasta en los momentos malos. De ahí que de entre tantas caras nuevas, nos encontremos a Feghouli, Diego Alves, Javi Fuego, Parejo o Piatti en el once titular. Son jugadores que han demostrado tener las aptitudes suficientes como para seguir en un equipo que se ha reforzado tan y tan bien.

Tras 5 jornadas ligueras, las sensaciones que presenta el club ché son francamente serias. Ganó 4 partidos con mucha solvencia y empató con el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, ante un equipo que está muy fuerte en este arranque liguero. En este nuevo Valencia influyen los fichajes, el entrenador, y el cambio de propiedad. Los tres son factores que han revolucionado al club, han permitido al equipo reforzarse con jugadores que tienen futuro, además de apostar por la cantera, en un jugador como Gayá, que tiene pinta de ser la sucesión de Jordi Alba y Bernat en el lateral izquierdo.

El equipo de Nuno transmite seguridad. Dos jugadores como Otamendi y Mustafi en la zaga y Javi Fuego en la medular aportan equilibrio, la seriedad que le faltó al Valencia con Víctor Ruíz y Ricardo Costa. El centro del campo, con Dani Parejo, Feghouli y André Gomes son la magia que distingue al equipo, el talento y la calidad son armas que difícilmente se contrarrestan. La posesión de balón y la capacidad de sorpresa del Valencia en todas las zonas del campo provocan que sea tan efectivo arriba. Precisamente, en territorio rival ya hemos comprobado cómo se las gasta, sobre todo con Paco Alcácer, un “killer” total que pocas veces falla y además lucha como nadie en la presión. También Rodrigo, al que le hemos visto participando más en faceta constructora. Su labor también es fantástica, ya que ayuda tanto al delantero como a los centrocampistas, e incluso suma en banda, donde hemos visto alguna que otra vez tres hombres en esa parte del campo.

Sin duda, es un equipo que ha sumado y mucho, que ojalá siga a este nivel y se adhiera a la lucha por el título, como lo hizo el Atlético en su momento. Aunque solo levamos 5 jornadas, tampoco hay que quitar el ojo al Sevilla, que está rindiendo a un nivel parecido al Valencia, y que tiene cualidades muy similares a los chés. ¿Una liga de cinco? Sería histórico, precioso, a lo que nos tenemos que remontar décadas atrás.

Xesc Ripoll