Todo aficionado que se
precie cuando se nombra a la selección de Alemania (vigente campeona
del mundo, por cierto) recuerda varios nombres: Bastian
Schweisteiger, Matts Hummels, Thomas Müller, Mesut Özil… y por
supuesto Toni Kroos. El ingeniero de Greifswald es sin ninguna duda
uno de los pilares donde se asienta el juego alemán. En torno a él
ha girado la Mannschaft en el último Mundial, y eso es lo que
principalmente ha valorado el Real Madrid para su contratación.

Con Xabi Alonso dando sus
últimos coletazos, el club blanco necesitaba un nuevo estilete donde
asentarse y crear su juego. Y Toni Kroos es el más indicado para tal
labor. Su experiencia en Munich le ha hecho convertirse en un jugador
de talla mundial en su posición. Tanto es así que muchos clubes de
Europa se interesaron por sus servicios. Además, el Bayern Munich
intentó retenerlo a las órdenes de un Pep Guardiola que le utilizó
constantemente y que le convirtió en su mano derecha dentro del
campo.

Visión de juego, grandes
pases, disparo desde larga distancia… son infinitas las cualidades
de este arquitecto del balón. Pura fiabilidad germana que aportará
estabilidad y cabeza a un equipo que de nuevo aspirará a ganar todos
los títulos que se le pongan por delante. Kroos ha llegado a la
capital de España para ganar más títulos y engordar su ya de por
sí abultado palmarés. Con solamente 24 años a sus espaldas posee
la frialdad y la templanza de los más expertos, lo que le va a
convertir en un fijo dentro del esquema de Carlo Ancelotti.

En Alemania van a echar
verdaderamente de menos a un jugador que será una estrella más
dentro de la constelación que es el vigente campeón de Europa. El
‘francotirador’, como se le conoce en su país, dará muchas
tardes de gloria a una exigente parroquia que necesita siempre ver
buen juego. El futbol bonito que busca con ahínco el Real Madrid
nacerá y crecerá a través de sus botas. Los aficionados de la Liga
BBVA agradeceremos la llegada de este polifacético del esférico.

@JesusGualix/ @FutbolMallorca