Después de un año “sabático” bajo las órdenes de un Marcelo Bielsa que habitó en un banquillo sumergido en un mar de dudas, el renovado Athletic de Ernesto Valverde ha demostrado que las bajas de Javi Martínez y Fernando Llorente fueron sensibles, pero no determinantes. Después de 35 jornadas rondando posiciones europeas, los leones, virtualmente clasificados para la previa de la Champions League, se han sabido sobreponer a equipos con talento semejante, como Real Sociedad, Sevilla o Villarreal.
No es ningún secreto que los jugadores que han pasado por San Mamés vistiendo los colores del Athetic siempre lo han dado todo, pues son jugadores de la casa que saben bien lo que defienden y la historia que les precede. No obstante, no es ese el único factor que ha influido en la andadura del Athletic esta temporada. La suerte de este equipo es el choque de talento y calidad generacional, que proviene de una cantera que es la envidia de muchos equipos del ámbito internacional, y que tiene sus frutos en Muniaín, Iturraspe, Laporte, Erik Morán…
Realmente, si nos paramos 2 minutos a contemplar la plantilla, podríamos incluso sacar 2 equipos titulares. Eso sí, el equipo inicial de Valverde que nadie lo toque. El “Txingurri” se ha permitido hasta dejar en el banquillo a Beñat, San José e Iraola, y privarse de dar minutos a Kike Sola durante toda la temporada, además de Ibai Gómez, que ha contado los pocos minutos que ha gozado con goles y asistencias.
Tampoco ha variado mucho el esquema de Valverde respecto al de los últimos años, ya que ha mantenido la condición de extremos rápidos y verticales, dos mediocentros destructores y constructores, más el delantero referencia, con un servidor en la mediapunta y dos laterales con recorrido.
En este caso, los cambios son Mikel Rico por Javi Martínez, Aduriz por Llorente, Laporte por San José, Balenziaga por Aurtenetxe y De Marcos por Iraola. Aunque parezcan cambios radicales, lo cierto es que todos los recambios son parecidos, con excepción de Laporte, que de un  día para otro decidió convertirse en uno de los mejores centrales, internacional con Francia, y objeto de deseo de los grandes del continente europeo.
El resultado de todo esto, en el que para mí ha tenido mucho que ver la figura de un entrenador que en todos los equipos que ha ido ha dejado huella, es el de un equipo que el año que viene disputará la Champions League si consigue ganar el próximo partidos. Casi nada.