Poco que contar de este partido,
en el título ya casi podéis ver todo lo que pasó el sábado por la tarde en el
Molinón.
El Sporting se puso el mono de
trabajo, pero solo el mono, porque el resto, poco que contar, aunque a falta
de seis jornadas para que se acabe esto, lo único que importa es ganar, ganar
y ganar. El jogo bonito, el año que viene, o vuelva usted mañana.
Al faltarle a los locales al único
que crea a veces algo de juego en el centro del campo, salió con la dupla
serbia, más que nada buscando centros desde las bandas.
El Lugo vino con la posesión, y
tuvo el balón, pero en la primera parte no tiró a puerta, y lo único
peligroso que hizo, fue en el 92 un balón al poste, poco bagaje este para un
equipo que todavía quiere y puede meterse en la promoción.
El Sporting en la primera parte,
aburrida, insufrible, tuvo alguna oportunidad, y ya casi a finales del primer
tiempo, después de un fallo en cadena de propios y extraños, Isma López
empujó a la red un gol que no celebró, por respeto a su antiguo equipo el
Lugo, y porque tampoco fue un gol para celebrar.
En la segunda, el Sporting salió a
aguantar el resultado, y como parece que el Lugo también, pues todo
transcurrió plácidamente, hasta que Scepovic en el 80 también después de
varios fallos del contrario, marcó su gol número 22 en este ejercicio, y
facilitó a los sufridores que estábamos en el campo un final bastante
placentero.
Recordaremos con la foto, en
blanco y negro, que el ayer fallecido Vujadin Boskov, el primero a la
derecha, aparte de al Real Madrid, también entrenó al Sporting, en dos
temporadas de transición. Con 82 años, se fue ayer al cielo, a seguir
entrenando, con su filosofía inolvidable de “futbol es fútbol”, y también la
no menos recordada, “punto ser punto”, eso sí en aquellos años el empate si
valía más que ahora.

Carlos Amado