El San Rafael ha hecho todo lo que debía para ganar al Binissalem, que ha logrado empatar (2-2) en el minuto 94 un partido marcado por el árbitro, que ha expulsado de forma injusta a los locales Vicent y Carvajal en los primeros compases del segundo tiempo (minutos 50 y 60, respectivamente). Hasta el entrenador rival, Tomeu Pons, se ha referido a las tarjetas rojas de los rafalers como rigurosas, luego no lo eran.
Es una pena para el fútbol que el trencilla se erija en protagonista del encuentro por segunda semana consecutiva en el mismo escenario, el de un conjunto, el San Rafael, que se debate entre la vida o la muerte en la categoría. Y lo es porque quien debe administrar el ocio del público no puede jugar con él ni con el dinero que invierte una directiva y la ilusión que derrocha la plantilla. Como mínimo debe ser justo e imparcial. Que sea bueno, malo o peor es otra cosa que nada tiene ver en lo que ha sucedido en el campo de sa Creu.
El San Raael se ha puesto por delante en el marcador en el primer minuto de juego gracias a un centro chut de Aparicio que se ha envenenado, ha tocado el palo, el portero y ha ido hacia adentro. Un minuto después, Blai Pons ha podido empatar en un remate que se ha estrellado en el palo izquierdo del meta local. El inicio trepidante de encuentro ha seguido con el segundo tanto del conjunto local, que ha llegado en el minuto tres, cuando Vicente ha recogido un mal despeje del cancerbero del Binissalem a disparo de Carvajal para remachar a la red y ampliar la ventaja de los suyos en el marcador, 2 a 0.
Candidez
Pocas veces ha tenido el San Rafael esta temporada un partido encarrilado en tan poco tiempo como el de este domingo. El Binissalem es un buen conjunto, que no rifa un balón, rasea el cuero y tiene hombres de calidad para hacerlo, como Paco Plata, uno de los mejores. Quedaba tiempo y ha buscado el grupo de Tomeu Pons el empate con insistencia ante un rival blando atrás que, en una acción mal defendida, ha visto como Toni López reducía diferencias en el minuto 21 por la candidez de una línea a la que se le debe pedir contundencia.
Pocas veces ha tenido el San Rafael esta temporada un partido encarrilado en tan poco tiempo como el de este domingo. El Binissalem es un buen conjunto, que no rifa un balón, rasea el cuero y tiene hombres de calidad para hacerlo, como Paco Plata, uno de los mejores. Quedaba tiempo y ha buscado el grupo de Tomeu Pons el empate con insistencia ante un rival blando atrás que, en una acción mal defendida, ha visto como Toni López reducía diferencias en el minuto 21 por la candidez de una línea a la que se le debe pedir contundencia.
La primera parte ha terminado con 2 a 1 en el marcador y la sensación de que el San Rafael podía contener al Binissalem si se aplicaba en la zaga y no daba más regalos. Sin embargo, con lo que no contaba el titular del campo era con que el árbitro le iba a hacer la vida imposible. Así, en el minuto 50 ha mostrado la segunda amarilla a Vicent al apreciar que el delantero local se había dejado caer en el área después de haber sido agarrado por un hombro y derribado. Un claro penalti que además de no haber sido señalado ha diezmado a los ibicencos. Solo diez minutos después, el árbitro, Luis de Oleza de España, ha acabado de hundir a los locales expulsando con roja directa a Carvajal por un encontronazo con un adversario en la zona ancha, amarilla a lo sumo.
Trabajo sucio resuelto
El Binissalem se ha dejado llevar por la corriente y se ha encontrado con que el colegiado le había hecho el trabajo sucio. Ya solo tenía que pensar en atacar porque el San Rafael había renunciado a hacerlo. Ha aguantado estoicamente el acoso rival el cuadro local, hasta que en el minuto 94, en un córner que no era y de cabeza, Toni Oliver ha establecido el empate a dos definitivo, un reparto de puntos insuficiente para ambos, puesto que si el San Rafael lucha por sobrevivir en la categoría, el Binissalem lo hace por meterse entre los cuatro primeros.
El Binissalem se ha dejado llevar por la corriente y se ha encontrado con que el colegiado le había hecho el trabajo sucio. Ya solo tenía que pensar en atacar porque el San Rafael había renunciado a hacerlo. Ha aguantado estoicamente el acoso rival el cuadro local, hasta que en el minuto 94, en un córner que no era y de cabeza, Toni Oliver ha establecido el empate a dos definitivo, un reparto de puntos insuficiente para ambos, puesto que si el San Rafael lucha por sobrevivir en la categoría, el Binissalem lo hace por meterse entre los cuatro primeros.
La indignación se ha apoderado del público tras el pitido final y la parroquia local ha abucheado con insistencia a un trío arbitral que ha influido claramente en el resultado del encuentro al dejar de forma inmerecida con dos jugadores menos a los locales. Lo peor de todo, sin embargo, ha sido la actitud chulesca y desafiante con la que el colegiado ha abandonado el campo cuando era recriminado por los aficionados. Lamentable.
Fuente: Noudiari