Antonio
Di Natale, delantero italiano de 36 años, anunció hace tres semanas
su intención de dejar el fútbol. Su decisión sorprendió al mundo
del fútbol, porque aunque en esta temporada había perdido mucho
peso en el equipo, en la pasada el ariete firmó unos números
espectaculares siendo el sostén del equipo.
Di
Natale es de esos jugadores que escasean, un hombre fiel a la
camiseta y al escudo, y quizás por eso nos quedaremos con las ganas
de verle en un equipo con un nivel superior al Udinese. Llegó algo
tarde a Udine, de eso ya han pasado casi diez años, proveniente del
Empoli. Como goleador nato tardó en explotar, pero a partir de la
temporada 2009-10 sus registros goleadores se multiplicaron por dos,
marcando más de 25 goles durante las siguientes cuatro temporadas.
Su
gran capacidad goleadora le sirvió para ganar dos Capocannoniere
consecutivos (trofeo que se le entrega al máximo goleador de la
Serie A) en los años 2010 y 2011, uniéndose así a ilustres nombres
como Van Basten o Ibrahimovi,
que también lo lograron por partida doble. Con más de 230 goles
anotados en total, la gran mancha de su carrera es no haber podido
levantar ningún título a nivel de club ni con la selección (no fue
convocado para el Mundial 2006 que ganó Italia).
En
esta temporada Di Natale recibió un merecido homenaje en el partido
en casa contra el Bolonia por alcanzar la cifra de 300 partidos
jugados con el Udinese. Al finalizar el encuentro, declaró a los
medios italianos que no estaba pensando en la retirada y que no
descartaba incluso luchar por un puesto en la Azzurra
para el Mundial de Brasil. Algo ha cambiado. Probablemente las
continuas críticas por parte de la prensa le hayan hecho cambiar de
opinión, y de discurso. Y es que el delantero sorprendió con estas
declaraciones y se defendió de las críticas con una frase que
pasará a la historia: “marqué más goles que veces fui a cenar
con mi esposa”.
Probablemente
esta será la última temporada en la que disfrutaremos de este
delantero que es toda una leyenda para el fútbol italiano. De lo que
no hay duda es que, cuando el buque insignia del Udinese se retire,
en el club se producirá un antes y después.

Javier Vizarro