Si perdemos en Francia, que puede ser factible, nos quedamos con 8 puntos en el segundo puesto.
Hay 9 grupos, y los 8 mejores segundos, juegan la repesca. En este momento, estaríamos entre ellos, pero hay que tener cuidado.
Nuestro grupo es el único que tiene 5 equipos, el resto tienen 6, y creo que al segundo le quitan los resultados obtenidos contra el que quede último, pero, ojito.
Llevamos desde 1978 sin perdernos ningún Mundial, y desde 1996 asistiendo a todas las Eurocopas, esperemos no cercenar la racha.
Vamos al partido. Ambiente de gala, algo de lluvia, y un autobús de finlandeses, tanto en el aparcamiento del campo, el que les llevó ahora, que me los acabo de cruzar yendo para el hotel, como en el área.
Con equipos de esa guisa, el fútbol es aburrido. Pero a fin de cuentas, a los 500 finlandeses que estarán por Gijón tomando unas copas, les importa un pepino.
Empezó bien España, tocando, intentando abrir por la banda, con Villa y Jordi Alba por la zona más cercana a mi ubicación en el campo.
Pero nada, este tipo de partidos, como no abras rápido el melón, se complican en sobremanera.
Además un árbitro bastante permisivo, hizo que los nuestros se fueran cansados, mucha posesión pero poco tiro a puerta. Y nos fuimos a ceros al descanso.
En la segunda parte, de nuevo Ramos nos sacó las castañas del fuego, con un gol a la salida de un corner. 1-0 y lo peor parecía pasado.
Como no estamos acostumbrados en Gijón a las fiestas, después de lo que nos ofrece nuestro equipo, pues empezamos a hacer la ola demasiado rápido. Y parece que los jugadores se contagiaron del ambiente festivo, ya que la segunda parte fue, bajo mi punto de vista, el peor partido que he visto a la selección española, desde creo que los cuartos de final del Mundial de Alemania 2006, donde nos eliminó Francia. Y ya llovió desde entonces. Supongo que se me olvidará algún partido de los primeros clasificatorios para la Eurocopa de 2008, pero es que parecía que los chavales también hacían la ola.
Y claro, los finlandeses, en una contra más o menos bien llevada, nos empatan sobre el minuto treinta y tantos, y se acabó lo que se daba.
Decepción en el Molinón, jeje, no para los 15.000 que vamos a ver todos los domingos a los rojiblancos, sino para la gran cantidad de gente que lleva años alejada de los campos de fútbol, y que desgraciadamente, se ha ido con una desilusión tremenda.
Si ganamos el martes en Francia, no habrá pasado nada, sino, a empezar a hacer números, porque ojo, nos quedan tres partidos, aparte del de Francia, y hay que ganar los tres, para optar al primer puesto, utópico si caemos en Francia, pero al menos quedar segundos con la mayor cantidad de puntos posible.