El tiempo empaña, difumina. Y eso mismo hizo con la historia del primer entrenador de la historia del Alfonso XIII. Su nombre, año y lugar de nacimiento están sombreados por una luz opaca que porpone diversas versiones de sus raices. Mientras la cultura popular mallorquina le recordaba como Ferry Proks Panzita, «Zaubek» para evitar tropiezos lingüísticos, nacido en Galanta (hoy Eslovaquia, ayer Checoslovaquia) durante el otoño de 1876. Sin embargo, llega CHIEFE (Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español, miembro oficial de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol), el equivalente a la Biblia de la rocambolesca pseudorreligión del fútbol, y arroja un fino rayo de luz en una de sus profundas investigaciones: fue František Prokš “Zoubek” (que no «Zaubek»), nacido en Šternberk (hoy República Checa, ayer hermana checoslovaca de Galanta) en 1989 -quién se quitáse años con semejante facilidad-, la verdadera identidad del primer director de orquesta bermellón.

Tres horas y una frontera separan, hoy en día, las dos posibles cuna de Zaubek (¿o Zoubek?).

Tras dos partidos amistos ante el F.K. Meteor Praha VIII checoslovaco, en los que vencieron a los isleños por 0-6 y 0-1, el entonces presidente Josep Ramis Ayreflor (Palma de Mallorca, 1883) tomó una de las decisiones más relevantes, por primeriza y no por espectacular, de la historia del club: se sumó a la tendencia europea y puso en marcha la maquinarian para contratar al primer entrenador del club. Siete años después de su fundación, el Alfonso XIII seguía sumido en la anarquía técnica, ya que tanto la concepción de los XI’s como la programación de los entrenamientos corrían a cargo de los propios futbolistas. No obstante, el británico Jack Greenwell (entrenador del Barcelona entre 1913 y 1917) disfrutó de unas relajadas vacaciones durante el verano de 1916 en la isla, mientras daba clases de fútbol y asesoraba a los integrantes del recién fundado club. No obstante, nunca ejerció de entrenador como tal.

Antes de llegar a bordo del buque Rey Jaume I procedente de Barcelona, a finales de 1923, el checoslovaco había trotado por los campos de Europa central. Como futbolista, vestió las camisetas del Viktoria Zizkov y el Sparta de Praga, y dirigió como entrenador al Hajduk Split y al Arminia Bielefeld alemán. Con los conocimientos que llevaba consigo, impulsó el juego del Alfonso XIII y alegró la vista a los aficionados bermellones con un juego mucho más vistoso.

La plantilla campeona de Baleares en 1924: Ferrà, Picó, Vert, Estrellas, Castañer, Paco Tomás, Cerdá, Nadal, Llauger, Moranta y Estades. Arriba a la derecha, Bestard, Gilabert, Socias y Zaubek. Fuente: «Historia del RCD Mallorca 1916-2004», de Miguel y Jordi Vidal.

Su llegada, además de una notable mejora en la estética del juego prácticado por los mallorquines, dejó resultados competitivos inmediatos. Se alzó con el Campeonato de Baleares (1924) tras apear a la Unión Deportiva Mahón en la final, lo que le facilitó el billete para competir en el Campeonato de Catluña de segunda categoría. No obstante, en una prueba más de la inmensa influencia que ejercía la insularidad en el desarrollo del fútbol, los bermellones fueron eliminados a las primeras de cambio.

Además de ser el primer entrenador, Zaubek fue el primer jugador extranjero en enfundarse la bermellona: a sus 47 años, disputó dos partidos amistosos con el Alfonso XIII.

11 años después de su gloriosa fundación, el Alfonso XIII perdería su primer partido ante un equipo de Palma: un 0-2 ante el Baleares F.C en enero de 1925 lastaría de manera irrefrenable la relación Zaubek con Mallorca. Tras haber dirigido 14 partidos, con un bagaje de 9 victorias, 2 empates y 3 derrotas, el checoslovaco fue destituido, dejando paso a Victoriano Ferrá. Empezar una revolución nunca fue fácil, pero Ferry Proks (o František Prokš, o como diablos se llamase) puso firmemente la primera piedra de la modernización del Mallorca que, igual que la del fútbol, comparte perpetuidad con la expansión del universo.

Fuentes: «Historia del RCD Mallorca 1916-2004», de Miguel y Jordi Vidal; Revista «1916»; CHIEFE.


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