El producto más eficaz para limpiar pringue en cualquier ente deportivo es la victoria. Amansa a las masas y oxigena el camino del éxito. El club tiene a día de hoy el margen que da sumar de tres en tres para trabajar con soltura y poder arreglar, pongamos corregir, deposiciones que ya se han consumado. Juanma Pons, actual director del fútbol base bermellón, abrazó al final del encuentro a los Lagos, Reinas y Abdones porque ahora y desde hacía tiempos inmemoriales, la agenda hoy la fabrican los jugadores en el campo. Los quitamanchas y los encargados de barrer de la esfera pública las cagadas de otros. Y es que dejar marchar a Carlos Sureda, en un primer momento, y que salgan Santi Miralles tras doce años en el club y Damià Estelrich es más que sintomático bajo el nuevo bastón de mando de Juanma Pons, persona inexperta de confianza del inexperto Javi Recio y compis de equipo en el Badalona hace ya más de un lustro. Andy Kohlberg seguro que se lo apunta todo. Un Santi que, de los últimos logros acontecidos, consiguió colocar al Mallorca con el juvenil en Copa entre los más grandes del fútbol español cayendo en cuartos ante el Real Madrid. Decidir salir del Real Mallorca, como mínimo, es sinónimo de no dormir en dos, tres noches seguidas. El sustituto de Santi ya es Julián Robles. El que fuera segundo de Javier Olaizola parece haber colocado el contador a cero de dignidad para volver con los mismos que le usaron como peón taponador junto al vasco. Juanma Pons fue míster del Gavà la pasada campaña. Duró cinco jornadas en el club y en este link hablaba el que fuera presidente, Manuel Maniega, admitiendo presuntamente un intento de agresión por parte de Juanma hacia miembros de la directiva. Entre esos miembros la administrativa del club catalán, hija del ya ex presidente.

En cuanto a la iniciativa del tercer tiempo, una propuesta pionera que, por suerte de todos, nace con un viento bien cargado a favor y propuesta autónomamente por Maheta Molango. La situación podrá ser insostenible si, desgraciadamente, los resultados no acompañan al equipo, pudiendo acontecer algún que otro espectáculo entre jugadores y aficionados. Igualmente asistencia no faltará, más si se pierde un partido y el socio barralet será el broker de Wall Street en la máxima expresión de compra y venta crítica. Parece que es una guerra perdida operar en la normalidad. No me imagino si esta propuesta la hubiera creado don Utz Claassen. Ya está conformado que, en los encuentros con derrota, Molango dejará sin su presencia el protagonismo absoluto a los profesionales del verde. El CEO es muy de diluir protagonismo en momentos de coyuntura.

A Vicente Moreno se le respeta y la mejor decisión de Molango y Recio fue darle la maniobra para ser un auténtico head coach. Confiar en su figura, ser pieza importante en los fichajes y a la postre ejecutar su propio mallazo para utilizarlo en cada jornada. La noticia capital a día de hoy es el comienzo impecable en puntuación. Líder del Grupo tercero tras el empate entre Elche y Baleares, los de Vicente Moreno (16 puntos de 18 posibles) suman y ganan. Y no hay más. El partido ante el Llagostera se tradujo en un primera parte insulsa y otra de completa eficiencia. El debate del gol queda enterrado hasta nueva orden. Mantener el nivel será cuestión de saber entre pelotazos de por medio, bajar el balón, crear la ocasión y no desperdiciar el gol. Han pasado mil cien días desde que el Mallorca marcara cuatro tantos en Liga. El precedente, no obstante, fue enteramente diferente. Aquel domingo en Pamplona, el Osasuna enroscó seis goles por cuatro de los bermellones. Scepovic marcó dos tantos, Marco hizo el suyo y Abdón Prats salió para disputar un guerra perdida. El futbolista que fallaba un penalti de manera horrenda de panenka en 2013 en el Ciutat de Palma y que le otorgaba el billete de salida, ahora el artanenc es uno de los líderes de guerras vencidas.