En todo planteamiento de Javier Olaizola, Brandon es una pieza fundamental. Su capacidad para adaptarse a diferentes sistemas tácticos y diferentes situaciones no son más que añadidos a su innato liderazgo y cualidades técnicas. Tanto te sirve para pelear con los centrales por su cuenta, aunque sea donde más flaquee, como para nutrir al equipo de creatividad en los metros finales partiendo por detrás de otro delantero. A partir de todo lo que es capaz de aportar el mallorquín y de las distintas situaciones a la que se pueda enfrentar el equipo, su entrenador decidió emparejarlo con Lekic, estando el serbio muy cuestionado por su pobre rendimiento. Resultaron compenetrarse y complementarse a las mil maravillas, dotando a los bermellones de una dupla de ataque fija, en la que confiar el aspecto goleador. Aquello que no pudo conseguir Fernando Vázquez, Olaizola lo encontró al poco de llegar.
Mientras esto ha alejado a Brandon de la portería rival (aun no ha anotado con Olaizola), ha potenciado las facultades del delantero serbio. El ariete no tan solo ha mejorado sus números, sumando 3 goles en la era Olaizola, sino que su altura y corpulencia se han convertido en un recurso bien utilizado tanto por el cómo por el equipo. Los centros laterales son más provechosos (véase el gol de Lekic ante el Mirandés), así como el balón parado, al que ha dotado de cierto sentido.
Brandon, con una función más similar a la de un segundo punta, también ha aumentado sus registros: baja a recibir a zona de interior en fase creativa, cae a banda para alternar con los extremos, presiona más y mejor la salida del rival y asiste a sus compañeros con frecuencia acumulando ya 3 asistencias. El de Cala d’Or marca diferencias si tiene a alguien que fije a los centrales, el vasco lo sabe y está intentando exprimirlo todo lo posible.
La sanción de Dejan Lekic condicionó, por primera vez, la punta de ataque que alinearía Javier Olaizola, quién solventó la papeleta desplazando a Lago Junior a posición de delantero. Y con Lago, la historia es completamente diferente. Brandon sigue desempeñando un rol muy similar, pero su acompañante es otro mundo. La dupla Lago-Brandon es un caos para la defensa rival, un continuo desenfreno. Al igual que continuos son sus desmarques a las espaldas, las que ganan con cierta facilidad gracias a la velocidad de ambos, y con un Lago que, pese a su aparente liviandad, demostró ante el Rayo que también se desenvuelve bien entre centrales. El costamarfileño, también fijo en el esquema, dota de mucha flexibilidad a Olaizola. Haciendo daño pegado a línea de cal o siendo pareja con Brandon, es un seguro a la hora de montar contraataques y desbordar a la defensa rival.
La corpulencia y el remate aéreo de Lekic, la velocidad, movilidad y gol de Lago y la creatividad y liderazgo de Brandon conforman dos factibles duplas, con el mallorquín siempre en el eje, que dan argumentos de sobra a Olaizola para sacar la compleja situación en la que se encuentra adelante.