Esta claro que los «señores» Cerdá, Claassen y Serra Ferrer tienen claro cual es  su objetivo común: destruir al Real Mallorca. Mientras el equipo naufraga a la deriva en la Liga Adelante y a José Luis Oltra se le ha maltratado sistemáticamente por todo el club, a estos «directivos» solo les importa ser noticia y reventar la parcela del enemigo. 


Tras casi dos semanas en las que el míster valenciano sabia que estaba virtualmente destituido, ayer fue destituido definitivamente y hoy  se ha despedido de la afición mallorquinista. Lo que le han hecho pasar estos últimos meses es insoportable y a pesar de lo vivido y de la agonía que le han hecho pasar, Oltra se ha ido como un señor, sin querer hacer sangre de la situación.

Una directiva cobarde, que no es capaz de dar la cara, que no les importa lo mas mínimo lo que le pueda pasar al Real Mallorca, que solo quieren jugar a ver quien tiene mas poder y esperar al desgaste para que otros dimitan.

Se ríen de los aficionados, de los entrenadores y del sentimiento mallorquinista.
Durante estas dos semanas en las que Oltra ha pasado un auténtico calvario, la directiva jugaba a cartas para decidir quien entrenaba al Real Mallorca. El lunes de la semana pasada en la reunión entre Claassen y Serra Ferrer se barajaban los nombres de Lluís Carreras y Miguel Ángel Nadal. Mientras Claassen apostaba por Nadal, por lo que representa para el mallorquinismo, Serra Ferrer quería a Carreras. La falta de acuerdo entre ambos acabo con la dimisión como director deportivo de Serra Ferrer y el nombramiento de Toni Prats como nuevo director deportivo.

Ante la falta de consenso para elegir al nuevo entrenador Oltra siguió en el banquillo bermellón una jornada más. El empate contra el Mirandés fue su sentencia y de nuevo las reuniones del consejo de administración ponían sobre la mesa los nombres de Nadal y Carreras. 
Finalmente tras ocho horas de reunión, Serra Ferrer se salió con la suya con la ayuda de su enemigo íntimo Cerdà y Carreras fue nombrado nuevo entrenador.
Por el camino se humillo nuevamente a Miguel Ángel Nadal, ya que este se ofreció y dio todo tipo de facilidades para dirigir al primer equipo, pero Serra Ferrer se negó nuevamente a que el mallorquín dirigiera al club bermellón. 

¿Hasta cuándo tendremos que soportar estas humillaciones? ¿Por qué Serra Ferrer no quiere bajo ningún concepto a Nadal como entrenador?
¿Por qué tras la escandalosa imagen que se está ofreciendo, no hay ninguna dimisión?
Este Mallorca está herido de muerte por culpa de una directiva mezquina, que antepone sus intereses personales a los del club. Por el bien de todo el mallorquinismo, deberían dimitir todos y así el Real Mallorca, empezaría de cero. 

Señores directivos, recapaciten, mediten y váyanse!

Guillermo Amengual